Tiene su sentido que las elecciones generales vayan a celebrarse en diciembre, al menos para los gorrones de la política que esperan estas citas con la incertidumbre navideña de qué les traerán, si asesoría, despacho o subvención. Me lo resumió bien un diplomático al que pregunté hace algunos años cuál sería su próximo destino: "Depende: si ganan los míos, París; si pierden, una república bananera".
En la política de la tortilla, donde unos se lo cocinan hasta que los otros consiguen darle la vuelta, la primera regla es elegir trinchera, que tarde o temprano te tocará algo. Convencido medio país de que la culpa de todos sus males la tiene la otra mitad, y viceversa, ya tienes un bipartidismo con coartada para ignorar el interés general, entregarse al clientelismo y eludir responsabilidades. ¿Para qué regenerarse, si el origen de todos los problemas está en el bando contrario?
http://www.elmundo.es/opinion/2015/1...5028b4587.html
Marcadores