Solo hay que conocer de antemano las “obras y milagros” del máximo representante del gobierno gaditano para poder hacerse una idea de por dónde le sopla el aire; pero lo más despreciable de ese hombre es la utilización pública de un pobre desgraciado. Hasta ese punto llega su sentido de la justicia y de la ética. Ese tonto l´haba actúa como representante de todos los gaditanos, y además él no está borracho. Su enfermedad es distinta, es mental. Y ya lo dijo alguien, que es para ponerse a temblar que un ignorante con poder pueda incidir en las vidas de cualquier ciudadano.
Si este es el modelo que algunos quieren para el resto, yo se lo regalo y en el mismo lote meto a otros elementos subversivos semejantes.