Se habla solo de la Ciudad de Melilla. Ya me parecía a mi. Hasta como promesa electoral era extraña.
Se habla solo de la Ciudad de Melilla. Ya me parecía a mi. Hasta como promesa electoral era extraña.
No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
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