De matar por dinero . . . .
Kenana el-Rabi era el custodio del tesoro de los Banu Nadir. El profeta Mahoma se enteró de que iba todos los días a visitar unas ruinas cerca de Kheibar y mandó excavar en ellas, encontrando parte del tesoro. Para que dijese donde estaba el resto del tesoro, Mahoma mandó quemarle con pedernales y hierros al rojo hasta que estuvo al borde de la muerte, entregándoselo a Maslamah, que le cortó la cabeza en venganza por la muerte de su hermano Mahmud.
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