El sueño húmedo de Tsipras fue el punto de inflexión, y ahora van en caída libre.
Su aparición en la política española es sana y de celebrar por todos los demócratas, pero su respaldo social estaba totalmente sobredimensionado dentro de un país como España.
Porcentajes del entorno al 10% se ajustan más a la representatividad de este tipo de partidos en países como el nuestro. Por lo tanto, solo ha sido un viaje a la realidad, tanto electoralmente (de primera a cuarta fuerza en intención de voto) como ideológicamente (suprimiendo cosas de su programa imposibles de realizar o catastróficas en caso de realizarse). Viaje a la realidad.
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