Para gobernar hay que sumar y atender las necesidades reales de las personas.
Las grandes palabras al final solo ocultan las carencias de los políticos.
Cuando no saben solucionarlos ponen la patria y la Constitución por delante de todo.
Así se protegen con miedos y se sienten protegidos.
De momento ya han perdido millones de votos y siguen sin aprender.
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