No hace tanto, en un museo madrileño, pude observar a un veterano que hacía las veces de guía. Estaba con un grupo de jóvenes que le escuchaban fascinados. Del tema también se puede decir que un servidor entiende, pero el veterano me superaba en conocimientos, y sobre todo en la pasión que ponía al explicar hasta los más ínfimos detalles de aquello que tenía delante.

Una vez terminado le dije: Sí señor. Ha dado usted toda una clase magistral. Es que yo formé parte de esa historia – me contestó.

Nunca debemos subestimar la sabiduría y la experiencia de los más veteranos.