Vender libros sugiriendo que todo en lo que cree la sociedad es falso, no es nada nuevo.
Si el fundamento es la falta de datos, apañados estamos. Con menos datos que los que aporta el historiador romano Flavio Josefo y los Evangelios (apócrifos o no) han aparecido ciudades enterradas, palacios, fortalezas, tesoros o barcos hundidos.
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