No entremos en esa polémica. Cartucho en recámara, sí o no, eso depende. Para mí, opinión totalmente particular y basada en la experiencia, en mi trabajo diario, es absurdo llevar cartucho en recámara. Soy de Atestados y las probabilidades de uso del arma de fuego es bajísima. No llevar el cartucho en recámara es un plus más de seguridad. Sobre todo teniendo en cuenta que el trato que tengo con el ciudadano es mucho más cercano en el cuerpo a cuerpo, y estos normalmente están borrachos o drogados -no todos, ni son la mayoría- y tengo que jugar (algo que los de patio aun no contemplan) con que mi radio de intervención es excesivamente corto. Yo trabajo dentro de una furgoneta a menos de un metro del usuario, que no pocas veces se ha puesto violento. El uso del arma está totalmente descartado por desproporcionado, pero no quita de que te la intenten quitar. Y ya que hay miles de medidas de seguridad para evitarlo, de las que no me equipa la Guardia Civil. Con la funda chusquera que nos dan...
Dos. Mucho de nosotros venimos del ejército. En mi caso, son 15 años de llevar siempre el arma dispuesta para su uso. Así me lo enseñaron con el antiguo cetme L, con el H&K y en la academia con la Beretta y posteriormente, en el Puesto, con la BM. Ahora el cambio es complicado, no imposible. ¿Es obligatorio? No. Entonces si yo tengo más confianza y me manejo mejor ¿por qué tengo que cambiar?
Tres. La beretta para un uso generalizado, pues mira, no está mal. Pero para no todas las especialidades. Para mi trabajo es un estorbo. Es demasiado grande. Es molesta. Solo me sirve para enganchar el TCM. Se te clava en lo riñones con los asientos "ergonómicos" de la furgo. Necesito un arma más pequeña. Al menos de cañón.
Cuatro. El tema se ha abierto por el tema de que al compañero el arma se le ha deteriorado. Y creo que se le ha respondido. Si, el arma pierde el pavonado. Sobre todo donde más se roza con la ropa o donde mas a la intemperie está.
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