Vergüenza. Ésa es la palabra. Reís las gracias a gente que se sienta de comilona con los que nos han matado hasta hace dos días, con los que se alegran de que nos apedreen, gentuza que cuenta con detenciones por atentado contra guardias civiles y policías y que les llaman fascistas en su propia cara y que ahora se sientan en un escaño en el Congreso.