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SÍ.
Sacrificaría en el altar a mi mujer y mis hijos por tal de que el resto del gremio pudiérais disfrutar de por vida los mismos derechos que el resto de ciudadanos de este país. Lo cambiaría por lo que fuera que me pidieran, incluso mi propia vida.
Dios mío de mi vida, vaya comentario. Desde luego como mínimo lamentable.
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