A los medios de comunicación no hay que reprocharles nada. Ni siquiera sus filias políticas. A quién sí hay que reprochar es a los políticos que pretenden dictar líneas editoriales.
A los medios de comunicación no hay que reprocharles nada. Ni siquiera sus filias políticas. A quién sí hay que reprochar es a los políticos que pretenden dictar líneas editoriales.
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