Yo, respecto a Podemos, no hablo de democratizar nada; yo hablo de desmocratizar ; es decir, todo lo contrario; y además, de hacerlo desde dentro, desde la democracia ya existente ( que es mucho peor). Pero es igual. Si hay cinco millones de paisanos que así lo desean, me tendré que aguantar; aunque, mientras pueda, no dejaré de “restregar” aquellas consecuencias que esa actitud nos traiga.
¿Cierta regeneración? Antes, “hace cuatro días” no había ningún tipo de matiz en la regeneración que proclamaban; pero ahora ya se ha levantado la alfombra por algunas esquinas y ya hemos visto la porquería que hay debajo. ¿Y por encima?, por encima es evidente que son iguales, si no peores por la hipocresía utilizada, al resto de “casta” política a la que venían a “regenerar”. El juego de la política es más viejo que el Canalillo. Hace siglos que está todo inventado; solo cambian los rostros. Son como las empresas que dicen suministrarnos la energía eléctrica. Todas te ofrecen “chollos” y acusan a las otras de estafarte, pero al final todo se queda igual y la energía siempre sale del mismo sitio, con el mismo procedimiento, y por supuesto…del mismo bolsillo.
¿Contrapesos? Sobre el papel ya existen esos contrapesos y una ristra de entes controladores pero ¿ejercen en la realidad su teórica función?. Pues NO. ¿Cómo va haber contrapesos? si ya de salida hay jueces para la democracia, de nosequé de Vitoria, y otros tres o cuatro asociaciones más; cada una con su ideología política y su manera particular de interpretar las leyes ( y por supuesto de aplicarlas). Luego a esto le añades que los puestos claves los designan a dedo las fuerzas políticas, y entonces ya sacas conclusiones.
El famoso Tribunal Constitucional, lo inventó Napoleón en su día para asegurarse el poder en su entronización como emperador. Es un órgano político destinado a proteger a quien esté en el poder en ese momento. No sirve para otra cosa; además de liar la madeja e inventarse conceptos e interpretaciones churriguerescas cuando las circunstancias lo demandan.
Esta es una democracia a la española que es tiene como fin asegurarse “democráticamente” la tarta española, y si no puede ser el trozo más grande, por lo menos una parte del pastel que nosotros cocinamos, ponemos sobre la mesa, ellos se lo comen, y nosotros lamemos las sobras y encima nos quedamos tan contentos y discutimos sobre quien nos ha dejado más migajas. La “democracia española” solo emplea el yo, mi, me, conmigo. Se ha constatado estos últimos meses…pero seguimos sin enterarnos. Y por supuesto, siempre me encontrareis enfrentado a todos aquellos que pongan en duda la unidad de España( amparada en la Constitución) y a aquellos que quieran conformar una sociedad en la que unos trabajen y otros vivan del trabajo de los demás.
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