Lo de los ceniceros y las botellicas: una chorrada más. Más la valdría a esa señora limpiar de una vez nuestras calles. Mucho “chau-chau” a la hora de “predicar”, y solo crear circos a la hora de “dar trigo”. Y los socialistas, los que propiciaron este desaguisado… callados como …..
Lo del policía es mucho más grave y sintomático.
Analicemos.
Resulta que hay un policía. Seguramente con pedigree catalán desde que la Moreneta se apareció por esas tierras. Es decir, que los suyos llevan generaciones viviendo, sufriendo, amando….y como siempre pagando en esta España nuestra. Un día decide entrar en la policía…por lo que sea. Miles de ciudadanos confían en este tipo de personas para verse protegidos y hacer guardar la ley. Ley indispensable si queremos vivir en una sociedad como la nuestra; y policías que son indispensables para salvaguardar el orden.
Él, el policía confía en el resto de instituciones que han organizado todo este tinglado. Los mismos que le exigieron un determinado nivel y una determinada preparación para ejercer y ganarse la vida honradamente.
Seguramente tendrá padre y madre que se preocupan por él. Quizás también tenga esposa, incluso hijos a los que asegurar el futuro. Un futuro en el que confía en los demás y en gente como él para proporcionarles una sociedad mejor.
Todos los días que tiene servicio…le guste o no….sale a tratar de cumplir con lo ordenado y con las leyes lo mejor que puede o que sabe. Confía en su uniforme y en las leyes que le confieren una autoridad. Autoridad delegada en nombre del resto de conciudadanos. Pero….
Resulta que un día dos circunstancias impensables se conjuran para torcer las cosas. Para derrumbarle su mundo.
Por un lado un negro ( digo negro igual que yo soy blanco y feote) que ha venido a España a buscarse la vida sin pedir permiso a nadie, y seguramente saltándose a la torera cientos de leyes ( y quizás de vallas). Que vive del trapicheo clandestino e ilegal, perjudicando a todos aquellos que pagan impuestos por su actividad y por sus locales. Que encima estafa a sus potenciales clientes con trastos introducidos en España vete tú a saber por qué canales ilegales. Que no contribuye en nada al resto de la sociedad; al contrario; seguro que se aprovecha de algunas cosillas insertadas alegremente en las leyes para solidariamente permitir que se enquiste en nuestro sistema ( siempre pagado por los demás). Pues por un lado este señor de color negro y seguramente una garrapata social; y por otro lado una señora aupada al poder por el voto ( para un servidor incomprensible) de 5 millones de compatriotas, y que siente más apego y más consideración por la garrapata que por el policía. Aprovecha el poder delegado para proteger al delincuente y dejar sin apoyo a quien trabaja honradamente y cumple con sus obligaciones. Pues se conjugan esas dos circunstancias y tenemos el resultado conocido.
Qué bien. Qué bonito. Qué ejemplo para el resto de españoles. Qué sociedad tan justa la que tenemos.
Si es esto lo que queremos……lo tendremos. No os preocupéis que lo tendremos.
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