Hablamos de agua, de elevación de temperaturas, humedad relativa, vientos que atraviesan la península, y fuego; sobre todo de el resultado final de este coctel estival … que es el fuego.

No hablamos de protecciones civiles, ni militares, ni divinas.

Pero afortunadamente siempre nos quedan las desaladoras socialistas para paliar la falta de agua y el loable espíritu de solidaridad de los políticos catalanes separatistas, entre otros, para el reparto de la fuente de la vida.