….y más cosas.
Muchos de ellos, cuando terminaban su condena y podían elegir su destino, preferían quedarse en el tajo de la sierra; ya que también había mano de obra “normal” y a la que se la pagaba bien.

Otra de las ventajas que tuvieron ( otros trabajadores no presos nunca la tuvieron) es que se construyó una colonia en el pueblo de Guadarrama para alojar a esos presos y a sus familias. A fecha de hoy los nietos de aquellos todavía disfrutan, ya en propiedad, de aquellos “chalecitos” construidos con el mismo granito que empleaban en el Valle de Cuelgamuros.

Otros obreros españoles sin ningún tipo de participación en la guerra no tuvieron esas opciones en una España reventada por nuestra mala cabeza.