Pues habrá que pensar que eran prisioneros de guerra. De una guerra especialmente cruel y cainita, y en todas las guerras los perdedores son los empleados en “arreglar” lo que supuestamente ellos han destruido. Nos puede parecer bien o mal en función del equipo de nuestros amores; pero siempre ha sido así, así es, y así será per seculo seculorum.

Historia distinta es que analicemos, uno por uno los casos de esas personas. Seguramente muchos de ellos estaban en el bando perdedor por meras circunstancias geográficas y eran totalmente inocentes de cualquier barbaridad, y otros, quizás, no eran tan pobrecicos ni tan inocentes. Pero esas cosas también son normales en los conflictos humanos y sociales.

De las opiniones. Pues qué quieres que te diga. No nos ponemos de acuerdo por un simple cambio de hora o de calificar de buen tiempo o malo a la chicharrera veraniega, y quieres que opine. De todas formas, te puedes pasar por Guadarrama, entre la N-VI ( la carretera, no la autovía de peaje) y la carretera que une Guadarrama con Cercedilla, en el noroeste del pueblo, justo enfrente de la explanada dónde hacen el mercadillo. Allí verás una colonia muy coqueta de casas de granito. Puedes preguntar y ellos te explicarán.

De cualquier forma me es indiferente dónde puedan colocar a un señor que lleva 40 años fallecido. Ya sabes eso de que “muerto el burro, la cebada al rabo”. Lo que si me preocupa es dónde tenían que estar los políticos que marcan nuestras vidas y las mediatizan ahora, en nuestros días.

Ya ves que la obviedad no es tan obvia. Siempre hay matices importantes que no se pueden olvidar.

También podría ser que seas de los que están convencidos que unos eran, malos, malísimos y otros dignos de la canonización.