Total qué cinco desgarramantas impresentables cometen el tremendo delito de llegar 10 minutos tarde a un servicio superpreferente, y un justiciero de la alta milicia con dos estrellas se lía a voces con ellos y encima los números mequetrefes quieren llevar razón y les entra un ataque de cagaleritis. Y para redondear el desatino llegan estos forajidos de AUGC y nos sacan los trapos sucios ante los buitres de la prensa, en vez de lavarlo dentro todo como mandan las reales ordenanzas. Es que no pué sé..... En Venezuela no pasan estas cosas.