Entono el mea culpa en lo que a mí respecta. Ciertamente, no es éste el post para nada que no sea compartir el dolor por el compañero fallecido y dar palabras de aliento y calor a quienes de una forma u otra compartieron su vida con él.
También me pongo en la piel de los primeros compañeros que acudieron a socorrerle tras el atropello. Es una de las situaciones más duras a las que te puedes enfrentar en acto de Servicio.