Con autorizar unas marcas las cuales sean homologadas según la DGGC, la vergüenza sería menor. Y más, si optas a comprar uno firmar a que lo usas bajo tu responsabilidad.

Pero lo vergonzoso, es que los chalecos den asco de lo sucios que están (porque no tenemos uno personal), y no hayan sido probados al menos por unos guardias antes de comprarlos, para comprobar su comodidad.