En fin, aumentar el personal y organizar un despliegue territorial algo más acorde con los tiempos y necesidades.
También sería necesaria una campaña de información a los Alcaldes y explicarles que no solo no mermaría la seguridad, si no que sería mayor ya que habría más efectivos en labores preventivas que de puertas mirando un teléfono que nunca suena.
Es legítimo que los Alcaldes no quieran perder el Cuartel pero los tiempos cambian.
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