Con permiso.

Voy a opinar sobre el tema….aunque sea político….porque aquí todas las cosas y medidas que nos afecten son políticas….de una manera u otra….pero lo son.

En primer lugar desconozco si el paso de esa señora en el aeropuerto se realizaba desde la zona publica de embarque o si por el contrario lo realizaba desde alguna zona destinada a los privilegiados que nunca tienen problemas para estacionar y nunca hacen colas, además de viajar como señores marqueses a costa del erario público ( vulgo del dinero de los demás).

Digo esto porque. aunque en principio las circunstancias deberían cambiar a favor de la susodicha, en realidad el resultado viene a ser el mismo.

Si el acceso lo hacía por las llamadas “zonas VIP”, y a tenor de lo que se escucha en el audio, entiendo que esta señora pensaba que no tendría el más mínimo problema y debió apurar peligrosamente el tiempo en la seguridad de que todo el campo sería orégano para ella. Pero he aquí que un agente de la autoridad, en el ejercicio de sus funciones , y porque es físicamente imposible reconocer a primera vista a todos y cada uno de los señores diputados , diputadas y diputades ( para no herir susceptibilidades) le pidió que, por favor, se identificase. Esto último lo supongo, porque en el audio no se escucha la parte involucrante de la primera parte, solo la parte del resultado final ( recordad que en toda historia siempre hay prologo, nudo, y desenlace).

Si en este punto, la señora hubiese sacado esa tarjetita de obligada portabilidad por parte de todos los españoles, y más aun cuando hay que viajar por vía aérea, pues no hubiese ocurrido nada de nada. Lo saca, lo enseña, pase por aquí señora y que tenga buen viaje: punto y final. Pero no. Según lo escuchado, la señora no enseña su identificación ( las causas las sabrá ella) y el señor agente insiste, ya en un tono imperativo y de cierto cabreo.

¿Podría haberlo hecho de otra manera el agente ? …evidentemente sí; incluso haberla llevado los bultos amablemente hasta la puerta de embarque y preguntarle qué tal está la familia tras invitarla a un cafelito; pero no creo que esté obligado a poner una sonrisa profiden cuando alguien se niega a cumplir lo ordenado en un puesto de identificación y control de un aeropuerto, y más aun con los antecedentes de sobra conocidos por todos.

También se escucha la voz de la señora alegando un “por favor” que tiene que coger un vuelo a las siete (creo). ¡Nos ha jodido! Como todos, todas y todes pasajeros…que seguramente llevaban allí una hora antes por imperativo normativo o por simple precaución. Además este lastimero “por favor” evidencia el hecho de ser CONSCIENTE DE ESTAR INCUMPLIENDO UNA NORMA ANTE UN AGENTE DE LA AUTORIDAD. Si no fuese de esta forma, y con los antecedentes de la susodicha representante social, no cabe la menor duda de que nunca mendigaría, por favor, perder el tiempo ( el suyo) identificándose.
Tampoco debemos olvidar que esa señora ya había propiciado un hecho igual recientemente; lo que mueve a pensar que ya es consciente del problema y anda buscando gresca de forma voluntaria y a saber con qué intenciones.

Ahora, también deberíamos recapacitar en lo que se puede esperar de esta señora si actuase como juez ante una denuncia de un miembro de las fuerzas de seguridad: ¡”FUSILAO”! ¡Viva la justicia española!

Resultado: muy mal por la señora diputada. Venga usted con tiempo suficiente, y si un agente no la reconoce o duda lo más mínimo y le pide que se identifique, se identifica y punto final. De esa manera colabora usted con la seguridad y con aquellos que están obligados a asegurarla por el bien de usted y de todos; que es su obligación, y más aun cuando ocupa un puesto político ( hay que dar ejemplo)

Si por el contrario esa señora accede por la vía normal, pues mucho peor. Por simple ética política debería de ser igual que el resto de españoles (¿ no es eso lo que pregonan?). Pero parece que eso de la política debe ser un virus muy agresivo que trastorna al personal y los hace creerse por encima de las normas y leyes que ellos mismos colocan para el obligado cumplimiento….de los demás.

Ahora la otra parte.

Aquí hay señores foreros que hacen diagnóstico auditivos al resto y alegan que otros mienten ante la evidencia de lo escuchado. Pues bien; efectivamente la señora termina identificándose; ¡no faltaría más! Pero lo hace después de marear la perdiz y suplicar por eliminar tan humillante tramite; lo que la retrata y crea el problema que nos ocupa. ¿Hay alguien que a tenor de lo escuchado diga que esto es mentira?. Repito: si a la primera coge su DNI o lo que sea y se identifica, aquí paz y después gloria. Pero no, eso de ser diputada, jueza, política y esas cosas parece que presupone que las normas tengan que ser menos estrictas que con el resto de los mortales, y claro, es una humillación inaceptable que un agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones ose a pedirla una simple y llana identificación.

Yo castigaría al agente a tener durante tres meses la fotografía de todos los señores diputados encima de la mesa del comedor para que la próxima vez no tenga la menor duda en la inmediata identificación de sus señorías.

Y para evitar malas interpretaciones y juicios enrevesados, quiero afirmar que yo sí soy radical con quien considere; y más aun con quienes hacen de la radicalidad su vehículo político y social. ¿Hay alguna ley que lo prohíba? ¿Acaso la radicalidad solo se admite en una sola dirección o cuando se es políticamente correcto? ¿ Es que la “tolerancia cero” ( radicalidad) hay que aceptarla por decreto ley? Pues creo que no, que luego salen aberraciones metafísicas tan churriguerescas como eso de la “discriminación positiva”. De momento, y mientras no me realicen una lobotomía seguiré siendo libre de pensamiento y de palabra ( de acciones ya estoy bastante mediatizado por imperativo legal); y por supuesto, admito la radicalidad en oponerse a mis argumentaciones…siempre y cuando se realice mediante otras argumentaciones que sean capaces de sacarme de mi equivocación y lo demuestren sin ambigüedades ni medias tintas.

Lo que sí me da miedo es que este grupo de precursores del “cambio progresista” funcionan de igual modo que hacen en algunos países totalitarios, donde primero se señala a una persona y luego la meten en la cárcel acusándola de radical, de reaccionaria, de fascista, de alborotadora, de mentirosa, y de cualquier cosa por el simple hecho de criticar o por no seguir las directrices marcadas.

Parece que a la vista de las circunstancias comienza una nueva “campaña electoral” y vuelven a aparecer “viejos amigos” con la misma mochila de siempre.

Muy bien por el señor agente. Cumplió con su obligación, y de paso hemos visto lo que hay debajo de la alfombra “democrática” podemita.