Qué pena. Qué poca memoria y qué pronto se olvida lo que hemos estado sufriendo hasta antes de ayer. Estoy seguro de que ninguno de los que apoya y justifica a esta gente ha vivido lo que tú has vivido; o lo que yo he vivido, oir silbar las balas y los granadas a pocos metros de mí. O ver aun a día de hoy la fotografía que mi madre todavía guarda del Land Rover destrozado en el que circulaba mi padre, atentado del que, gracias a Dios salvó la vida. Y esto siendo sólo un niño. Ya años después, salvar el pellejo POR PURO AZAR, porque no estabas donde otros cayeron o porque ese día te tocaba librar.
Seguro que no lo han vivido. Y si lo han hecho, desde luego no tienen perdón.