No te cabrees tanto Jlopez. Todo depende de la forma que nuestra mente dé a las imágenes que le ofrecen los ojos, y estoy seguro que en este caso solo se trata de lo esperpéntica de la situación y de buscar tres pies al gato en lo concerniente a la parte humorística. Creo que no hay que ir más allá.
De todas formas, eso de la confidencialidad médica tiene sus “lagunas” y sus “peros”. En principio lo considero correcto, pero hay veces que puede ser muy peligroso para terceros, o como mínimo, ser susceptible de crear problemas.
¿Qué opinas tú de la siguiente situación?
Llega un profesional de las emergencias a un destino. No es un novato. Tiene ya sus años de experiencia y proviene de otros dos destinos distintos. En principio no destaca (a vista de su jefe) ni positivamente ni negativamente. Simplemente se le considera un poco “infantil” y un mucho de “fantasma”; pero dada la edad (bastante joven) y las circunstancias del entorno, es habitual en los componentes jóvenes del grupo.
Todo se complica cuando viene un ascenso y tiene que pasar de ser un simple realizador de lo ordenado, a ordenar y ser el responsable de un grupo reducido de compañeros. Es en este punto cuando se empiezan a observar “contradicciones” en su comportamiento y pequeños “abusos” de poder que no se consideran justificados por las circunstancias ni congruentes con el comportamiento general de sus subordinados.
Todo se complica, aun más, cuando se tiene que actuar en un asunto grave y es el susodicho quien debe acatar las órdenes de un superior. Este hombre no sigue las instrucciones, obra según criterios propios, y pone en serio peligro su vida y la de sus subordinados.
En principio todo se “arregla” con una bronca y un poner a cada uno en su sitio; pero su actitud general no cambia.
Posteriormente, y ante la asiduidad de “problemas”, se le amenaza con dar parte y llevar a cabo un expediente disciplinario, lo que agrava aún más la situación que termina con la baja médica de nuestro protagonista.
Pasan los meses y nada, absolutamente nada, se conoce del estado de salud ni de la situación del muchacho. Solo que el equipo ha quedado reducido a largo plazo en un componente, y que su ausencia lleva implícito el recargo de servicios de forma rotativa en el resto. Todo continúa así, hasta que llega un escrito circular en que se comunica que el susodicho enfermo tiene una baja indefinida y está pendiente de un tribunal médico y con posibilidades de causar baja definitiva; pero tampoco sabemos la causa de su problema.
Es posteriormente a la resolución de baja definitiva cuando el protagonista se presenta sonriente a recoger sus pertenencias alegando que ya está mucho mejor de su problema siquiátrico ( no pide disculpas ni trata de aclarar o justificar los hechos pasados).
Todos se alegran de verle y de que “su problema” esté en vías de solución; pero nadie ha pensado y ha sopesado el peligro potencial de ese señor durante su vida profesional activa.
El jefe, que ha estado en un tris de cogerle más de una vez por el pescuezo, indaga en la insondable burocracia, y descubre que ya en los dos anteriores destinos ha estado de baja siquiátrica y que existían quejas de sus anteriores superiores debido a su comportamiento; pero que ellos también eran desconocedores del problema de su subordinado. Se habla con un médico responsable y este se agarra a la confidencialidad entre paciente y galeno, alegando que el máximo superior del enfermo sí era conocedor del problema, pero aduce que este también debe guardar confidencialidad en el asunto.
Resumiendo. Un profesional con problemas siquiátricos al mando de profesionales que se juegan la vida en muchas ocasiones y creando con sus “rarezas” un clima de malestar continuo. Desconocimiento de todo por parte del jefe inmediato que llega a preocuparse más del resultado de las acciones del individuo que de lo verdaderamente debe de atender (eso sin evaluar los posibles resultados de un enfrentamiento físico). Un estamento médico que es consciente de todo y no pone ningún remedio, y un mando que tampoco reacciona ante la peligrosidad intrínseca de la situación.
¿Está en estos casos justificada la confidencialidad de la enfermedad?
Me gustaría que lo pensases y respondieses. Quizás no pueda leer tú opinión en unos días, pero me interesa leer lo que piensas tú y el resto de colegas de foro de esta situación.
PD. Afortunadamente en la actualidad no se tienen noticias del enfermo y la situación profesional del equipo funciona al 100%
:salu: