Pues yo no sé cómo se podría definir al elemento ese que votaba con los pinrreles en el uso legitimo de su parlamentarismo democraticodetodalavida. O la gachí que la entraban ganas de hacer pipí cuando de su voto (siempre interesado o dirigido) dependen cosas importantísimas para el ciudadano. Tampoco sé cómo se podría definir las “espantás ”untadas en poder ( léase euros) de parlamentarios que dicen representar la ideología determinada de determinados ciudadanos. Tampoco sé cómo definir los apaños seudolegales e interesados a que nos tienen acostumbrados nuestros parlamentarios cuando la suma de dos más dos no alcanza los cuatro necesarios. Si eso es parlamentarismo , tengo que admitir que soy un antiparlamentario recalcitrante; pero en mi pueblo a eso lo llamamos feria, si es medio serio, o circo si es de risa; y para quien suscribe es esperpéntico. Pero cada uno lo puede llamar como le plazca.