El Estado tiene a su disposición multitud de herramientas legales y materiales para conocer y perseguir todo tipo de ilícitos y poner a disposición de la Autoridad que corresponda a los autores o denunciados.
Y lo más curioso en este caso es que uno de los garantes de nuestros derechos los ha incumplido y encima han cometido delito contra el en el lugar más sagrado para un Ministro como es su despacho.

Más incompetente no se puede ser y peor es mantenerlo en el cargo.
Habían ya judicializado el asunto, o esperan que se resuelva el sólito.

Vaya tropa.