Si el Ministro del Interior puede resolver el problema grave que existe hoy en la cúpula policial, ordenar a un equipo de su confianza el esclarecimiento total del tema de las escuchas ilegales, con la puesta a disposición judicial de los autores.
Confirmar que solo existen esas escuchas, vamos lo que le corresponde hacer, lo de dimitir serie una mera cuestión personal, no estaría obligado, incluso podría salir reforzado como un buen gestor de una crisis.
¿Y si no es capaz de limpiar la cúpula policial, no tiene equipo para descubrir quien le ha grabado y los autores siguen como si nada.?
¿Sigue en su cargo?.
Porque al día de hoy lo que está pasando es lo segundo.
Dejará un bonito legado a su sucesor y la sensación de que la incompetencia es un valor añadido para ser Ministro del Interior.
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