En lo que se refiere a un servidor puedes estar tranquilo. Quien suscribe conoce de sobra la vida y milagros de los pisacharcos y de los saltabaldosas. Mis ideales sociales están descatalogados desde que Viriato acertó una quiniela de catorce. Lo que me ocurre, es que veo un editorial de este calado y se me funden los plomos ipso facto. Comienzan a patinar las neuronas y ya no soy capaz de leer más.