A un servidor también le ha dejado totalmente convencido. Será que ha tropezado el caballo, se ha dado un golpe en el tarro y ha visto “la claridad”. Totá… como Pablo camino de Damasco.

De todas formas he pedido número con el oculista para que en otras ocasiones la vista no me falle.

Eso sí, podría haber metido en el saco de los que tiran “deste país” a los carteros, a los barrenderos ( perdón, gestionadores de residuos urbanos), a los del taller de aluminio de la esquina, a los autobuseros, a los del metro ( a pesar de sus huelgas), a los farmacéuticos, al tío Pascualo que tiene su huerto, a los pintores de brocha gorda, a la señora Felisa que ha traído al mundo a siete hijos, los ha criado, tiene su casa cómo los chorros del oro, y encima nadie le reconoce su trabajo, a ……..

Pues hay cinco millones de “susodichos” que comulgan con semejante elemento.