¡"Regla de medir"!....pues si a eso le añadimos las tropelías municipales que se permiten nuestros queridísimos y nunca bien ponderados representantes municipales madrileños, habría que denunciar la anchura existente en los carriles de circulación reservados para los automóviles en multitud de calles de esta nuestra ciudad.

Resulta que al tratar de dividir la calzada dando democráticas opciones para el bus, las bicicletas ( que de siempre han sido para el verano) y lo que sobre para los vehículos, el carril que a estos últimos les ha quedado se ha quedado más estrecho que la “delgada línea roja” de la película.

Totá…, que al circular por ellos se siente una sensación de encorsetamiento y de que en cualquier momento vallamos a rozar con los vehículos que circulan en sentido contrario, a la vez tan encorsetados como nosotros. Todo un alarde de ingeniería de movilidad y de prevención de accidentes y conducción con seguridad.
Puedo imaginar el latazo que debe ser conducir uno de esos modernos vehículos que llevan incorporado un sensor para no salirse del carril.

Y de los ciclistas es mejor ni hablar. Yo siempre he tratado de distinguir entre “pisapedales” y “conductores, y ahora entre la fauna ciclista, también hay “apretapedales” y “ciclistas”.
Hay una cosa que me preocupa bastante. Se trata de haber constatado la creencia entre los “apretapedales” de que los pasos de peatones también están destinados para atravesarlos ellos en sus monturas teniendo que cederles el paso los malvados y anti ecologistas conductores. Ellos, los “apretapedales”, suelen saltarse todas las normativas básicas que regulan el movimiento de peatones y vehículos asimilándolas a su particular conveniencia. Que se cierra un semáforo….pues circulo por la acera; que hay un paso de peatones…pues arreando que es gerundio.

De todas formas, dentro de desconocimiento en menesteres administrativos actuales, supongo que estos señores irán provistos de su licencia que les acredita como conocedores de las leyes de tráfico, leyes que atañen ( o les deben atañer) a todo el personal que utilice un artilugio con ruedas y su actividad se ejerza en las vías públicas. También supongo que tendrán la obligación de ser poseedores de un seguro para hacer frente a las posibles responsabilidades civiles subsidiarias en caso de darse los problemillas habituales. También supongo que la normativa que les rige estará debidamente unificada por la todopoderosa DGT…pero solo es una suposición.