Si es que esta gente es un foco inacabable de trapacerías y de estupideces.

La última, recién salida del horno. Se trata de una serie de “informes” pagados con el dinero de casi todos los contribuyentes ( recuerden vuestras mercedes que los okuparras y otra tipología de fauna urbanita vive del esfuerzo de los demás), otorgados ( los informes) a seudoempresas ( normalmente creadas al efecto y con el apellido ese tan guay de “consulting”) afines a la ideología podemita y sus satélites aledaños.

Una de ellas, y que ha costado 52.000 euracos de vellón trata de estudiar el impacto de género en el soterramiento de la M-30. Así, sin comillas, según suena.

Llevo horas tratando de asimilar el pedrusco lingüístico y social del asunto, y he llegado a la conclusión de que el susodicho impacto de género debe de tratarse en sí, en el soterramiento, hubo discriminación entre el número de albañiles contratados sobre el de “albañilas”.

No sé. A ver si alguno más progre que un servidor es capaz de aclararme el asunto.