Pues hoy ya me he enterado de lo que se trataba eso del “impacto de género por el soterramiento de la M-30”.

Según declaraciones de un tal Garzón, que parece ser un hermano del jefe de los comunistas que andan pegaditos a los podemitas para no perder el tren de la sopa boba, y que debe tener algún enchufe en el Ayuntamiento de Madrid para poder ganarse la vida sin dar un palo al agua, la explicación es la siguiente:
Según este elemento, y eliminando las florituras lingüísticas de carácter anestesiantes que suelen utilizar para sus “razonamientos” habituales, se trata del impacto de género que han sufrido las señoras al soterrar la M-30 y, de esta manera, dar prioridad al uso del vehículo particular a los señores, ya que estos últimos lo utilizan más que las féminas de manera habitual.

Este lumbreras se autocalifica de economista, lo que viene a demostrar el alto grado alcanzado por nuestra universidad en lo referente a la calidad de enseñanza.

Pues según nos dicen hay cinco millones de compatriotas que están de acuerdo con estas cosas.

Decidido. En cuando me jubile me largo y aquí os quedáis. Más que nada por salvaguardar la salud mental.