Que siiiii. Que ya sabemos todos que la supuesta verdad de los hechos las efectuará un señor juez tras un arduo trabajo de ver, medir, fotografiar, interrogar, escuchar cintas o ver vídeos, estudiar normativas, informes de especialistas, estudios médicos o sicológicos, incluso preguntar al tabernero de la tasca de la esquina si el susodicho implicado o implicados se tomaron tres cubatas antes de los hechos. Te voy a añadir algunas cosas más que pueden hacerse en estos casos: reconstrucción de los restos, análisis por la empresa constructora de distintos elementos mecánicos o hidráulicos, estudio del historial del aparato, estudio del libro de mantenimiento, estudio de antecedentes en otras aeronaves del mismo tipo; incluso reproducciones artificiales de distintas circunstancias incluidas las de meteorología ( seguro que olvido alguna más) Todo esto es susceptible de ser realizado en los accidentes aéreos. Pero todo esto depende de la dificultad en encontrar hechos confirmados que lleven a una explicación de lógica total.
Podría decirte el cómo, con quien/ es, y las pruebas evidentes que ya se conocen; pero no lo puedo hacer, aunque visto lo visto, supongo que esperarás a que lo dictamine un juez. Si también lo prefieres, ponemos antes de todo el término “presuntamente” , lo arreglamos , y todos contentos; aunque sospecho que sería un pequeño fracaso eso de no poder llevar la contraria a aquellos que somos calificados como “ellos” en contradicción al “nosotros”; pero si eso te hace feliz, sinceramente que me alegro.
Podría darte muchas explicaciones y argumentos que te aclararían el por qué de mis opiniones, y sobre todo en este caso ; pero ni quiero ni debo. Solo apuntar que el 90% del personal laboral y de vuelo que efectúa su trabajo en CV, son amigos o conocidos; quizás esto te dé alguna pista del por qué opino.
Respecto al tema “periodistas”; no me refiero a los “términos técnicos” que puedan emplear o desconocer. Me refiero a la inexactitud en ciertos matices de la información, que pueden llevar a malentendidos.
Mira. Hace años salió en un periódico local la siguiente noticia. “ Un ultraligero se engancha en un palomar y se estrella. El ocupante es rescatado con una pierna rota y contusiones de distinta consideración, siendo evacuado…bla, bla bla”.
La información se había efectuado vía telefónica a través de un operario de mantenimiento de un aeródromo deportivo. El señor informador en cuestión, al referirse al “palomar”, lo hacía tal y como era popularmente conocido un edificio que terminaba en una pequeña torre y que era utilizado por las palomas de forma habitual. Aquello, al ser leído por el público en general, provocó una alarma entre los propietarios de palomares en el campo, que salieron escopeteados a comprobar si había sido el suyo el afectado.
¿Me explico ahora a lo que pretendo referirme?
Como este tema ya no significa nada para la opinión pública ni para los periodistas; solo es importante para los familiares de las víctimas; no voy a intervenir más, no quiero que se convierta en un circo forístico, y personalmente lo doy por zanjado.
Si quieres enterarte de cómo se desarrollaron los hechos y las conclusiones…ya sabes….al juzgado.
Sin acritud. De verdad. Un afectuoso saludo.
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