Lo siento mucho, es un camino largo dependiendo de su insistencia y mala educación. Tu conducta debe ser progresiva para que se den cuenta que para cada acción suya tiene una consecuencia y que no es la prepotencia lo que te mueve, sino que les das siempre la oportunidad de rectificar y que siempre les puedes sorprender con algo más.

Lo primero es hablar con ellos en el momento en que las molestias sean más evidentes, de la forma más civilizada posible y dejarles entender lo molesta que es la situación para ti y tu pareja. En ningún momento responder a sus amenazas, reclamando para ti la misma educación que tú empleas con ellos. Alguno/a de ellos puede sentirse identificado contigo y puede tratar de suavizar la situación.

Dejar muy claro que no te impresionan sus amenazas y que estás dispuesto a tomar medidas que empezarán llamando a la policía por los ruidos y por tu plaza de garaje y que pueden llegar hasta el juzgado con todas las molestias que trae eso para todos. Intenta dejárselo claro en más de una ocasión.

Lo siguiente es acudir al propietario e informarle de la conducta de los inquilinos, seguramente empezará a preocuparse por su propiedad.

Los ruidos pueden ser el origen de una demanda civil y según la Ley de Propiedad Horizontal, el Juez puede negarles el derecho a usar la vivienda tras el correspondiente procedimiento.

El uso del garaje constituye infracción penal y se les puede denunciar sin más que presentar denuncia en dependencias policiales. Si llamas antes a una patrulla para que acrediten que el vehículo se encuentre en tu plaza tanto mejor.

Los insultos, amenazas y vejaciones que te han a ti o a tu pareja son objeto de una denuncia cada una.

Una posible agresión acabaría en juicio con multa y orden de alejamiento, lo que puede suponer la salida de la casa de uno de ellos.