
Iniciado por
arevacoss
Hace tiempo conocí a un chaval de Trujillo que había servido en Bosnia. Estaba triste, aunque su extrema juventud mantenía una sonrisa en su rostro. No tenía trabajo. Había terminado su servicio con una medalla y un golpecito en la espalada acompañado de un “bien hecho muchacho”. Ahora deambulaba por su pueblo a la busca de algún empleo que dignificase su corta vida.
No hay derecho, decía. Conozco a amigos que se declararon insumisos para no hacer la mili, y ahora trabajan de guardias e incluso se han metido a militares profesionales. No sé cómo, pero ahí están. Nosotros ( en referencia personal y del resto de compañeros) nos la jugamos muchas veces, y ahora nadie, pero nadie, se acuerda de nosotros.
Me contó algunas aventuras y lo que sufrió con la jodida nieve y aquellas carreteras, y yo traté de convencerle de que hay una parte de la sociedad que les admira y sobre todo respeta.
No hace tanto, el simple hecho de pasar la famosa mili con un informe positivo abría las puertas de algunos trabajos del gobierno o de los ayuntamientos. Muchos fueron los que pasaron del cuartel a empresas municipales, o simplemente sumaban puntos para acceder a determinados sitios.
Recuerdo a los chicos de Ferrocarriles Militares. Creo que firmaban por dos añitos, una paga que les metían en una cuenta corriente, y al finalizar puesto en RENFE o en Metro.
Si nos vamos un poco más atrás, recuerdo como me contaban que aquél o el otro, que habían venido de Cuba o de África con problemas físicos o síquicos, eran empleados por sus ayuntamientos para trabajar en sitios que su sus problemas se lo permitiese.
Puede ser que antes fuesen más humanos, quizás más “fachas”, o quizás se valorasen las cosas de otra manera que no sé si es peor o mejor; pero que ahora, en una sociedad que se autodenomina solidaria, que monta espectáculos y asociaciones para pelear a cara de perro por los derechos del toro de lidia, del lobo pasado el Duero, que se vuelve loca buscando en un artilugio un bicho al que llaman Pokemon, que construya leyes para ayudar a los refugiados de cualquier sitio del mundo mundial….se olvida de estos otros españoles….los deja tirados en las calles… y nadie dice nada. Claro que los milicos no tienen sindicatos, ni de clase ni de botellón. Simplemente callan y obedecen.
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