Hay que dar las gracias al Ángel de la Guarda.

En los parques se vive en equipo durante las guardias, se crean lazos de amistad, compañerismo, estima, que perduran en el tiempo. En los momentos dramáticos, duros, de luchar por salvar vidas, afloran y son capaces de realizar actos que cuando se observa desde un ángulo exterior, sorprende mucho y causa admiración, respeto.

Esta semana veía una imagen de unas manos, con tremendas ampollas en los dedos, manos de un bombero que había cogido una bombona de butano para tirarla dentro de una piscina y evitar que explotase por la acción de un incendio….y llevaba puesto sus guantes reglamentarios. Seguro que notó como quemaba la bombona…pero ello no le hizo retroceder.

Solo cuando suceden tragedias como la recordada de los Almacenes Arias, nos paramos a ver lo duro que es su profesión y que la Negra Dama se cobra su tributo.