Hoy, 31 de octubre, se cumplen 8 años de la sentencia del 11-M
Con este motivo, quiero expresar toda mi solidaridad, apoyo y máximo respeto a los miembros de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y a su presidenta, Ángeles Domínguez, ella misma víctima directa del 11-M, así como al admirable Gabriel Moris. A todos ellos les deseo lo mejor, que no pierdan la esperanza de ver algún día cumplidos sus anhelos de Memoria, Verdad, Dignidad y Justicia.
Tengo exactamente esos mismos sentimientos hacia todas las demás víctimas del terrorismo que reclamen justicia incluso tras los correspondientes juicios. Sin embargo, las víctimas del 11-M son un caso especial, pues son las únicas víctimas del terrorismo que, cuando reclaman verdad y justicia han de soportar, como sufrimiento adicional, la incomprensión y el rechazo de muchos, en especial de las autoridades gubernamentales y judiciales, e incluso las injurias y calumnias de algunos desaprensivos.
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