Pues en esto del metro estoy de acuerdo con los colegas con los que habitualmente no lo estoy.
No deja de ser una putada que un transporte público en una ciudad con las distancias tan grandes y que es utilizado por aquellos que no pueden utilizar medios propios, no funcione 24 horas de las de 60 minutos.
Creo que lo ideal es que fuese así, aunque soy consciente de que no está el horno para bollos. De todas maneras el famoso Consorcio podría habilitar alternativas de superficie que amparasen a los desastraos y a los currantes ajenos a las horas habituales; pero la EMT ya ha quitado frecuencia de servicio en muchas líneas.
La última vez que me quedé tirado a cuatro kilómetros de casa por llegar tarde a la parada del bus, me acordé del alcalde y de toda su familia; además de llegar empapado a casa y con agujetas.
Na. Que habrá que tirar del velocípedo allí donde las cuestas madrileñas no lo impidan, o ir ejercitando el “tren de San Fernando”.
Cada vez pinta más en bastos.
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