Hay que entender al que está en la calle. El que tiene que decidir en segundos, con pocos datos - a veces, sólo apariencias - y algunas veces bajo presión, la línea de acción a seguir, tiene que cometer errores por fuerza. El que está deseoso de prestar un servicio al ciudadano, muchas veces lo único que hace es tomar malas decisiones.

Cuanto más tiempo lleva un Guardia en la calle, menos iniciativa tiene. Por algo será.