A mí me da mucha rabia y pena que cualquier trabajador pierda su trabajo, pero con lo que no comulgo es con que papá Estado tenga que subvencionar por cojones esto o aquello, que no es rentable desde los años de Mari Castaño, y que acabamos pagando todos como es el caso del carbón.
Pues tanto derecho tiene el minero como el mecánico, el camionero o la empleada de la limpieza.
O es que los mineros son más guapos que los demás.
Por esa regla de tres papá Estado debería subvencionarlo todo y parece que el horno no está para bollos.