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  1. #601

    Re: EN EL RECUERDO

    RECORDAMOS a los 36 AÑOS DE SU ASESINATO por ETA,un día como hoy de 1976. (Villafranca de Oria-Navarra).





    GUARDIA CIVIL D.-MANUEL VERGARA JIMÉNEZ

    http://www.guardiacivil.org/terroris...lle.jsp?id=221





    Un abrazo

  2. #602

    Re: EN EL RECUERDO

    NI OLVIDO NI PERDON, JAMAS

    JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA, Las veces que sea necesario y de la forma que sea preciso

    Aqui quedamos por ahora compañeros de otros D.E.P. que dieron su vida por España, la Guardia Civil y los Españoles

    Siempre en el recuerdo Compañeros

  3. #603

    Re: EN EL RECUERDO

    El recuerdo a nuestros Compañeros D.E.P. no se olvida nunca, pero la situación que se vive cuando le dices a una esposa que su marido ha fallecido y que sus dos hijas no tienen ya padre, es ......

    VIVA ESPAÑA, VIVA LA GUARDIA CIVIL

  4. #604

    Re: EN EL RECUERDO

    11 Diciembre 1.987 Casa Cuartel GC Zaragoza


    Relato de szd30:
    Zaragoza, 11 de Diciembre de 1.987, un joven soldado de Sanidad Militar, cedido como conductor de ambulancia a Cruz Roja Española, se mete a las seis de la mañana en su cama del puesto de socorro de Zaragoza, después de atender el tercer accidente de tráfico de esa noche.
    Tiene la esperanza de poder dormir un poco hasta las ocho, que llega su relevo y finaliza su guardia de 24 h. en el servicio de urgencias.

    Apenas ha conseguido dormirse diez minutos después, cuando suena el teléfono, el imaginaria lo coge, y empieza a gritar... ¡Una bomba en la casa cuartel de la guardia civil!.
    Como un resorte, salta de la cama, se pone las botas (dormía vestido con el uniforme) y sale corriendo junto con el soldado sanitario a por la ambulancia de servicio.
    Un viejo Renault 12 ranchera sale del garaje chillando ruedas, a la vez que el sonido de su aullante sirena invade el silencio de la calle.

    El joven soldado, piensa para si mismo, "Lo que me faltaba para terminar la guardia" mientras conduce a toda velocidad por las desiertas calles de Zaragoza. Intentando calcular el recorrido más corto para llegar al lugar del atentado.

    Por el camino se encuentra con una caravana compuesta por dos camiones de bomberos y un coche de policía. El joven soldado se suma con su ambulancia a la caravana, suponiendo que iban al mismo sitio.

    Al llegar al lugar del atentado, descubre que son los primeros, todavía no hay nadie, solo oscuridad, y entre el destello de las luces de sus rotativos, se vislumbra lo que queda de la casa cuartel mientras se le hiela la sangre.

    El edificio de cuatro plantas y de ladrillo, se encuentra partido por la mitad. Media casa permanece en pie, y la otra media es una enorme montaña de escombros que llega hasta el segundo piso. Dejando ver el interior de las habitaciones.
    Entre las sombras se intuye la inmensidad de la tragedia.

    Varios guardias civiles, cubiertos de polvo y sangre deambulan entre las ruinas, con la vista perdida en el infinito, la expresión de su rostro crispado, hacia ver que se encontraban en estado de shock.

    El joven soldado, abre el portón de su viejo Renault doce y saca la camilla, aún no la ha depositado en el suelo cuando de entre las sombras sale un guardia civil con una mujer en brazos. La deposita en la camilla y se marcha corriendo otra vez hacia las ruinas.

    Son las seis y media pasadas, y el joven soldado pisa a fondo el acelerador de la ambulancia mientras se dirige al hospital Miguel Servet, en diez minutos entra por la puerta de urgencias. Allí todavía no les han avisado del atentado, lo cual hace en persona el joven soldado, ante la incrédula mirada del personal de urgencias del hospital.

    Sin perder tiempo ni en cambiar la sábana de la camilla, se dirigen otra vez raudos al lugar del atentado.

    Empieza a clarear el día cuando llega a su destino. Hay mucha policía, y empieza a estar aquello mínimamente organizado. Unas diez ambulancias están aparcadas delante de lo que queda del edificio. Todas puestas en batería y con los portones abiertos para cargar rápido.
    Con las primeras luces de aquella fría mañana, se alcanza a ver la magnitud de la destrucción.

    Un policía municipal le indica al joven soldado que aparque su ambulancia el último, a lo que éste, que para eso ha llegado el primero, lo ignora y se pone en primer lugar.

    Está el joven soldado abriendo el portón del viejo Renault 12, cuando de entre las ruinas salen un grupo de bomberos con una camilla de tijeras tapada con una manta.
    Se le hiela la sangre al ver que todos los bomberos, van llorando.
    Si hay alguien que realmente está curtido y tienen el estómago hecho a todo, son los bomberos.

    Mientras los bomberos meten la camilla de tijeras dentro de la ambulancia, un sargento de bomberos, con un enorme bigote, y el rostro lleno de polvo y sudor, le pone la mano en el hombro al joven soldado, y cayéndole lágrimas le dice "¡Corre, hijo mío, corre!"

    La vieja Renault 12 vuelve a salir chillando ruedas, mientras dos motoristas de la policía municipal se ponen delante de la ambulancia, como escolta para abrir paso.

    Todo ha sido muy rápido, y el joven soldado, mientras intenta no perder a los motorista, va asimilando los hechos.
    Se le vuelven a poner los pelos de punta, al ver por el retrovisor interior de la ambulancia, que su compañero el soldado sanitario, llora a lágrima viva.

    Hay policías municipales cortando el tráfico en todos los cruces de las avenidas que dan a los hospitales, por lo que el trayecto hasta el hospital clínico se hace en pocos minutos y sin ninguna parada.

    Aún no se ha parado la ambulancia cuando los celadores sacan la camilla y la llevan corriendo a un quirófano de urgencias. ¡Ahora si que nos estaban esperando! piensa el joven soldado.
    Le pregunta a su compañero, que era lo que llevaban, a lo que este no puede contestarle ya que esta presa de un ataque de llanto.

    Presa de la curiosidad, se dirige al interior del servicio de urgencias. Al llegar frente a la puerta del quirófano, ésta se abre, y salen varias enfermeras llorando también. ¡Dios mío que habré traído! se pregunta el joven soldado, mientras empuja la doble puerta batiente del quirófano.

    Da dos pasos dentro, y se queda paralizado. Sobre la mesa, y rodeada de médicos y enfermeras llorando, se encuentra una niña. Esta desnuda, mostrando su cuerpecito blanco, inmaculado, inerte, sin ninguna herida, pero su cabecita se encuentra deformada por la parte superior, asomando una parte de su cerebro al exterior.

    Esa imagen, pase lo que pase, y el tiempo que pase, no la podrá olvidar nunca el joven soldado.
    Toda la tensión que lleva acumulada, se libera, y sale al exterior de quirófano a sentarse en el suelo a llorar junto a su compañero.

    Una vez recuperados, el joven soldado y su sanitario, se dirigen de nuevo al lugar del atentado. Ya es media mañana y todos los heridos han sido ya evacuados, los muertos los almacenan en una sala que se encontraba intacta.

    Ahora lo que toca es desescombrar. Piedra a piedra, se van retirando los escombros. El olor a quemado impregna el aire, mientras el joven soldado, a la vez que docenas de bomberos y guardias civiles, van quitando una a una las piedras. Buscan nuevos heridos, pero solo salen cadáveres.

    Una furgoneta de bomberos llega cargada de bocadillos y cajas de leche, que reparten entre todos los que allí estaban. El joven soldado se da cuenta de que está en ayunas y que ya son las cuatro de la tarde. Se acerca a la furgoneta y le dan un bocadillo y una caja de leche, y con las manos llenas de polvo y sangre se sienta en el suelo a comer junto a los bomberos. Las caras con gesto serio, miradas perdidas, y rostros de dolor, rabia e impotencia. Nadie habla, todos están como ausentes, incapaces de entender como se puede causar tanto daño.

    A las siete de la tarde, finaliza el desescombro y el jefe de bomberos, levanta el servicio, autorizando a gran parte del personal a retirarse.
    Mientras ambulancias militares sacan los últimos cadáveres hacia el hospital militar, corre la noticia de que son en total once muertos de los cuales cinco son niños.

    El joven soldado regresa al puesto de la Cruz Roja, roto de cansancio y de dolor. Le espera el capitán, que le ordena ducharse, cambiarse de uniforme, limpiar la ambulancia y que a las once de la noche se presente en la capilla ardiente, que se estaba instalando en el Gobierno Civil de Zaragoza.

    En la sala de autoridades del gobierno civil, se encuentras expuestos los once féretros, cinco de ellos blancos. Velados por guardias civiles, mientras cientos de ciudadanos se acercan con flores, a rendir su adiós a estas personas que tan cobardemente habían sido asesinadas mientras dormían.

    Las horas pasan y el joven soldado acusa el agotamiento, no tiene fuerzas ni ánimos para nada, con gesto cansado saluda militarmente a las autoridades que van llegando, ministros, generales y mandos se acumulan en la sala.

    Entre varios desmayos del público, rápidamente recuperados, pasa la noche y vuelve a lucir el sol, un nuevo día está aquí, y el joven soldado ya lleva cuarenta y ocho horas seguidas de servicio sin dormir.
    La esperanza de poder irse a casa desaparece cuando le ordenan quedarse al funeral, que se oficiará en la Basílica del Pilar, justo enfrente del Gobierno Civil, donde se encuentra la capilla ardiente.

    A las doce de la mañana, el joven soldado se encuentra con su ambulancia en un punto de la plaza del pilar. Miles de personas se encuentran allí para dar su último adiós a las victimas. Varias compañías de la Guardia Civil, y la banda de música están formadas en el patio.
    Uno a uno pasan a hombros los féretros, llevados por sus compañeros, mientras la banda toca la muerte no es el final.

    El joven soldado saluda militarmente a los féretros cuando pasan por delante suyo, mientras las lágrimas vuelven a correr por su rostro.
    La gente grita, insulta, llora, pide justicia, sobre todo cuando pasan los ataúdes blancos.
    Es el primer atentado en el que la crueldad no ha tenido límites y se han asesinado a cinco niños.


    Hoy, veinte años después, ese joven soldado, ha vuelto al lugar del atentado, no había estado allí desde entonces.

    En el lugar que ocupaba la casa cuartel, hay una plaza con un monumento en recuerdo de esos cinco niños y seis adultos que fueron vil y cobardemente asesinados.

    Y ha vuelto a llorar mientras se recordaba a las once victimas y se depositaban ramos de flores, en un sencillo acto de homenaje.
    Y con todas sus fuerzas ha gritado.

    VIVA LA GUARDIA CIVIL
    VIVA ESPAÑA


    Sirva este relato de los hechos, como recuerdo de las víctimas y agradecimiento a todos aquellos que tuvimos la suerte y la desgracia de prestar nuestra ayuda en aquel episodio tan duro de nuestra historia.


    __________________________________________________ ____________________________

    MEMORIA DE UN GUARDIA CIVIL:

    El próximo día 11 de diciembre va hacer 23 años y todavía, cuando percibo algún ruido nocturno que sale de lo normal, mi corazón se sobresalta y vuelvo a recordar la pesadilla.

    Yo tenía 18 años y a las 6:10 de la mañana mi vida cambió para siempre. Aún conservo el despertador que se paró exactamente a la hora en que el coche bomba de esos miserables hizo explosión en la Casa Cuartel de la Avenida Cataluña de Zaragoza, en el callejón Vila de Ruesta donde estaba el cuarto de puertas. Recuerdo el silencio absoluto y tenebroso tras la tremenda explosión, recuerdo a mis compañeros de la habitación 37 mirándome y yo a ellos, y recuerdo que no pudimos hablar. Estábamos en tremendo estado de shock pero vivos y deambulábamos como autómatas por la habitación semidestruida.

    Como una piña avanzamos por el pasillo que conducía al patio, y a nuestro grupo se unían, en silencio, compañeros de otras habitaciones en procesión funeraria. Nadie hablaba mientras bajábamos entre escombros hasta llegar al patio del cuartel. Éramos los primeros en llegar abajo. Al llegar al mismo, en pijama, la niebla y el humo nos envolvían como en una situación sacada de una película de miedo. El silencio era sepulcral. No veíamos nada, solo percibíamos el cortante frío de la macabra madrugada zaragozana, mezclada con olor a muerte, mientras los oídos aún zumbaban heridos por la deflagración. Cuando miré hacia el bloque donde vivían las familias, a unos cinco metros de distancia no quedaba mas que un montón de escombro humeante. El bloque de las familias había hecho de pantalla y gracias a eso vivíamos. Me puse en cuclillas inconscientemente y estuve mirando un buen rato al húmedo suelo hasta comprender la magnitud de la tragedia. El resto, es fácil de imaginar. A mis 18 años me hice mayor de repente.

    Hoy, al leer el relato de szd30, las lágrimas han vuelto a aparecer en mis mejillas. Llevan muchos años apareciendo en esta fecha. Es mi tributo a las once víctimas. Y mi recuerdo. El relato es escalofriante porque describe lo que viví aquella mañana; apenas he podido terminar de leerlo. “Yo ví a esa niña inerte de la que habla, blanca, sin heridas aparentes, esa niña que jugaba con otros niños tardes atrás en el patio del cuartel. Al desenterrarla de los escombros parecía que estaba dormida, como un pequeño ángel. Cerca de ella, había una muñeca que seguramente fue su última compañera de juego antes de dormir para siempre. Yo quería creer que estaba viva, pues no tenía en apariencia daños, pero cuando un bombero la cogió en brazos, ví su cabecita deformada…… Nunca lo olvidaré mientras viva. Después de 21 años sigo llorando como el primer día”.

    Gracias a szd30 porque con su testimonio mantiene viva la memoria de Myriam, Esther, y el resto de asesinados cobardemente en aquella fría mañana. Espero que su memoria y recuerdo nunca se extingan mientras quede uno de nosotros, de todos los que vivimos en primera persona aquella tragedia.
    Y a los asesinos, Henry Parot, Josu Ternera, Francisco Múgica Garméndia, Joseba Arregui, estos, y todos los demás, como Iñaki Cañas Cartón, etc.etc....espero que exista el infierno más terrorífico y vengativo que pueda albergar nuestra mente y nuestros deseos. …… De corazón.

    Espero que algún día Dios perdone mis pensamientos hacia esos tipos que, todavía hoy, puedo ver en la tele muy lejos del arrepentimiento. Y que les perdone a ellos. Pero yo no lo haré mientras viva; mientras recuerde la expresión de la cara de esa niña durmiendo el sueño eterno.



    DOLOR EN EL CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL DE ZARAGOZA, 11-12-1987:

    …… DE ENTRE LOS ESCOMBROS SURGÍAN CON EL ROSTRO DESFIGURADO POR EL DOLOR Y POR EL HORROR, LLEVANDO EN SUS BRAZOS LOS CUERPOS DE LOS NIÑOS (Cinco inocentes de 3 a 12 años) QUE HABÍAN PERECIDO MIENTRAS DORMÍAN. SUS PEQUEÑAS MANOS, SUS PIERNAS COLGABAN, COMO VERDADEROS MUÑECOS DE TRAPO, ROTOS…. YA JAMÁS JUGARÍAN EN EL PATIO DE ESE CUARTEL, SUS ILUSIONES Y SUS GANAS DE VIVIR TRUNCADAS PARA SIEMPRE...

    .... PERO ESOS INOCENTES SIGUEN JUGANDO YA EN LA ENTERNIDAD Y SON FELICES, QUE LO SEPAN SUS PADRES Y FAMILIARES... Y CUANDO SE LES RECUERDA, ELLOS LO SABEN Y LO AGRADECEN, Y ESPERAN A QUE LLEGUE EL DÍA EN EL QUE SE ENCUENTREN DE NUEVO CON SUS PADRES Y HERMANOS PARA YA NO SEPARARSE JAMÁS... QUE TENGAN POR SEGURO ESOS PADRES Y HERMANOS QUE ESE DÍA LLEGARÁ Y QUE A ESOS INOCENTES POR SUPUESTO QUE LOS VERAN POR SUPUESTO QUE SI... PARA YA ESTAR JUNTOS ETERNAMENTE....

    “LA MUERTE NO ES EL FINAL”…


    Espero que la memoria y recuerdo de todos estos niños y valientes asesinados cobardemente nunca se extingan mientras quede uno de nosotros, de lo contrario sería una deslealtad hacia ellos imperdonable. Todos, todos, son mártires, supieron dar una gran lección de sacrificio y heroísmo bebiendo el último sorbo del deber hasta el final. Bien pueden estar orgullosos de su trabajo allá donde estén, a nadie le debieron nada pero si que se les debe a ellos algo de tanto valor como su vida propia. ¡¡¡Qué debieron sentir mientras morían!!!... y que dolor mas grande tendrán en su corazón sus madres, padres, esposas e hijos, al arrebatárselos de sus vidas para siempre de esta forma tan cobarde, bil y canalla.


    Y a los asesinos, Henry Parot, Josu Ternera, Francisco Múgica Garméndia, Joseba Arregui, estos, y todos los demás, todos, todos, como Iñaki Cañas Cartón, etc.etc... así como a los que de cualquier forma les dan aliento, espero que exista el infierno más terrorífico y vengativo que pueda albergar nuestra mente y nuestros deseos y que ardan en el eternamente…… De corazón.

  5. #605

    EN EL RECUERDO

    SEGURO SON LOS ÁNGELES QUE NOS PROTEGEN, LAS ESTRELLAS DE NUESTRAS VIDAS.
    La estrella de tu vida: "en el cielo de la noche él es la estrella que alumbra tu camino y en su brillo encuentras la luz de tu vida... La estrella que nunca te abandonará… la que irá contigo siempre… eternamente… porque es la estrella de tu vida... Sus ojos son la luz que te regalan un nuevo día... Su voz es el sonido de la brisa que te acaricia... Su calor es el sentir como te abraza el sol... Su cuerpo es el manto estrellado que nunca, nunca te abandonará…porque es la estrella de tu vida... Él vive en ti, ya jamás se irá de tu lado, aunque de vez en cuando juegue volando entre nubes"... porque es la estrella de tu vida…

  6. #606

    Re: EN EL RECUERDO

    No soy guardia civil pero sigo asiduamente éste hilo. te he leido y he visto en lo que he leÍdo las imágenes de cuanto has narrado. Por unos minutos lo he vivido a través de ti, es indescriptible solo imaginarlo.

    Viví la noticia en su día y lloré ante ella, pero nunca había podido imaginar escenas como las que citas ahora.

    Gracias por compartirlo. Gracias de todo corazon.

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE VIVA LA GUARDIA CIVIL!!!!!!!!!!!! POR SIEMPRE Y POR SUPUESTO MI PESAR Y RECUERDO PARA ELLOS Y PARA TODAS LAS VIDAS INOCENTES QUE SE VIERON INTERRUMPIDAS A MANOS DE UN PUÑADO DE SANGUINARIOS, ASESINOS MALNACIDOS.

  7. #607

    Re: EN EL RECUERDO

    AresCronos ni comentar puedo, todos los atentados conllevan una inmensa pena, pero éste y así relatado me ha dejado sin palabras, únicamente me salen un par de lágrimas que no tienen fin.

    Como dicen la mayoría de intervinientes en este y otros foros y en particular en este hilo, a los innombrables ni se nos pasa por la cabeza el perdonarlos después de la cantidad de vidas y familias que han dejado rotas por una "lucha" sin sentido; sólo les deseo lo peor de lo peor y que conste que no suelo desear este tipo de cosas a nadie.

    A los compañeros y familiares desgraciadamente fallecidos por la "valentía" de estos hijos de p...., quiero deciros que allá donde esteis nunca os olvidaremos y que por parte del que suscribe, jamás estará ni siquiera de paso, el perdonar a estos asesinos.

    Un saludo.

  8. #608

    Re: EN EL RECUERDO

    ARESCRONOS escalofriantes relatos,sin lugar a dudas hechos que jamás por desgracia saldrán de la mente de aquellos que lo sufrieron en sus propias carnes.

    Pero no olvides que NOSOTROS JAMÁS OLVIDAREMOS Y NUESTROS HÉROES SERÁN SIEMPRE RECORDADOS



    Un abrazo

  9. #609

    Re: EN EL RECUERDO

    Good Job ¡

  10. #610

    Re: EN EL RECUERDO

    RECORDAMOS a los 34 AÑOS DE SU ASESINATO por ATRACADORES,un día como hoy de 1978. (Madrid).


    (Problema para subir foto :rever: )



    GUARDIA CIVIL D.-RAFAEL SÁNCHEZ SIERRA

    http://www.elpais.com/articulo/madri...22elpmad_8/Tes




    Un abrazo

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