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Señor agente
Nuestros datos son nuestra experiencia personal, directa, amplia y continuada. Sólo te ha faltado referirte también a la cifra de 0,001% de denuncias falsas de las que también se habla con origen en el CGPJ, gracias a la cual se presenta la confusión de denuncias falsas con condenas efectivas por denuncia falsa, que es muy diferente. Según esa misma regla de tres, denuncias auténticas serían solamente aquellas que alcanzan sentencias condenatorias para el denunciado. Demostrar una denuncia falsa es algo muy difícil, especialmente cuando ante los datos que muchas veces podrían demostrarlas se admiten posteriores correcciones a las declaraciones previas del tipo: "Es que con los nervios y el miedo me confundí de fecha". Y eso cuando se abren procedimientos, que si no lo exige el afectado es casi nunca. El CGPJ no miente, ni mucho menos son una panda de delincuentes. El CGPJ expone la cifra de las condenas efectivas por denuncia falsa, porque la cifra de las denuncias falsas no la puede tener nadie. Pero nosotros tenemos ojos y vemos las cosas, probablemente mejor que nadie posteriormente. La experiencia de muchos miles de policías (de ambos sexos, porque no creas que las mujeres policía piensan diferente) no está contaminada de intereses, prejuicios ni ideologías. Es una experiencia que a todos nosotros se nos presenta de forma cristalinamente clara, porque somos nosotros quienes primero le vemos la cara a la gente, quienes en caliente nos encontramos con el tema, quienes a menudo conocemos la historia de las personas implicadas y sus circunstancias personales, sus intereses, odios, resentimientos, deseos de venganza y envidias. Te estás olvidando de que estás posteando en un foro de profesionales de la seguridad ciudadana, y aquí tenéis difícil hacernos comulgar con ruedas de molino.
Evidentemente no existen otros datos que los oficiales.
La gente, hombre y mujeres, denuncian falsamente bastante en todos los ámbitos en los que se pueden conseguir beneficios o perjudicar a terceros. Y son igualmente denuncias cuya falsedad suele ser muy difícil de demostrar. Las feministas, a un alto nivel, tienen que conocer esto perfectamente, y el negarlo hace recaer serias sospechas sobre su honestidad y moralidad. Y cuando se ve por dónde va la intención del feminismo se echa uno a temblar, como cuando en el programa político de Unidad Popular, en las últimas elecciones a las que se presentaron solos, incluyeron en el programa la propuesta de invertir la carga de la prueba en las denuncias por malos tratos. Es decir, que tenga que ser el hombre quien demuestre que no ha cometido la conducta denunciada. Se formó un lío importante y UP se vieron obligados a retirar el punto del programa y a decir que había sido un error. Claro que no había sido un error, habría sido una exigencia de Lidia Falcón, presidenta del Partido Feminista de España, quien concurría como número 2 por la formación. ¿Te gustan los datos? Pues eso son datos.
Y eso no quiere decir que estemos en contra de una ley que trate de proteger a las mujeres. Muchos hemos vivido la época anterior donde una mujer estaba prácticamente indefensa ante un maltratador, y muchos entonces nos jugamos alguna vez más de por lo que nos pagaban tratando de defenderlas del agresor.
Así que deja de hacer el ridículo delante de personas que sabemos de esto mucho más que tú, adoptando una pose pomposa y pretendidamente intelectual con la que pretendes revestir de autoridad tu colección de tonterías, prejuicios, medias verdades, presentaciones parciales de la realidad, generalizaciones que de forma malintencionada no distinguen contextos ni realidades culturales y nacionales, y otras estrategias habituales del feminazismo. Vergüenza nos da a muchos de quienes nos consideramos de izquierdas el teneros tan cerca.
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