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  1. #1
    El autor vuelve a insistir en las evidentes diferencias entre la investigación del 11-M y la de otros atentados, centrándose de nuevo en la metralla, esta vez en la del atentado de Dortmund

    http://www.elespanol.com/opinion/tri...349065_12.html

    Así quedó el autobús del Dortmund después del ataque. Reuters.


    La tribuna

    La metralla en los atentados de Dortmund y Madrid

    El autor compara la rapidez con que se constató la presencia de metralla en las bombas de San Petersburgo y Dortmund, y las dudas respecto a los atentados del 11-M.

    Carlos Sánchez de Roda
    18 abril, 2017 02:39



    En anterior artículo puse de manifiesto el contraste entre la rápida aparición de metralla en el atentado perpetrado con una sola bomba en el metro de San Petersburgo, y la ausencia de pruebas de la existencia de la misma en las once explosiones producidas en el interior de cuatro trenes en el atentado del 11-M en Madrid.

    Se ha producido después, el pasado 11 de abril, un nuevo atentado contra un vehículo de viajeros, esta vez contra un autobús de Dortmund que transportaba al equipo de fútbol local, el Borussia. En este caso, tres bombas explotaron fuera del autobús. Pues bien, los investigadores policiales determinaron rápidamente que los artefactos contenían metralla, pues ésta fue encontrada tanto en el cuerpo del único herido por las explosiones, el jugador español Marc Bartra, como en el equipamiento del propio autobús atacado.

    La presencia de metralla en el cuerpo de Bartra fue dada a conocer por muchos medios de comunicación, entre ellos EL ESPAÑOL, que decía en su edición de aquel día: "El único jugador herido fue el español Marc Bartra, operado en la noche del martes en un hospital de Dortmund al presentar fractura del radio a la altura de la muñeca derecha y esquirlas en la mano, según las informaciones facilitadas por el club".

    En cuanto a la presencia de metralla en el autobús, diversos medios informaron de la presencia de esquirlas de metal en el respaldo de la cabeza de un asiento (1).

    Contrastes con la investigación del 11-M

    Así que de nuevo nos encontramos con una rápida y positiva investigación policial de la metralla utilizada en un atentado terrorista, investigación que creo pertinente comparar con la del 11-M en la que, 13 años después, seguimos sin saber cómo es posible que la sentencia considere que se utilizaron artefactos provistos de metralla cuando ésta no apareció en las víctimas y no consta en el sumario que nadie investigase su presencia directa en los trenes.

    No me voy a extender sobre la ausencia de clavos y tornillos en las víctimas, pues ya me he referido en artículos anteriores a las declaraciones judiciales que, confirmando esa ausencia, realizó la doctora Baladía, directora y coordinadora de las autopsias de las víctimas. En cuanto a la ausencia de metralla en los trenes, si bien es verdad que año y medio después del atentado surgieron de pronto unos pocos clavos y tornillos supuestamente recogidos en los trenes, aunque inexistentes para cuatro periciales anteriores dedicadas precisamente al estudio de la metralla, creo que en estos artículos he dejado claro que esas muestras, aparte de su escasez, sufrieron tales irregularidades en su manipulación y tratamiento, con ausencia de cadena de custodia, que es lícito dudar de su autenticidad.

    La investigación de los trenes

    No obstante, bien pudiera ser que, al igual que en el autobús de Dortmund apareció metralla en al menos un asiento tras explotar unos artefactos en el exterior, en los trenes del 11-M, con 11 explosiones producidas en el interior de esos trenes, podría haber aparecido metralla en algunos asientos o en otros elementos constitutivos de los vehículos.

    En ese sentido, en las únicas inspecciones realizadas antes de destruir los trenes e incorporadas al sumario, es decir, en las inspecciones oculares técnico policiales de los cuatro trenes realizadas por agentes de la Policía Científica el mismo 11 de marzo, nada se dice de la presencia de rastros de metralla en el interior de los trenes. Y no consta en el sumario que se hiciera ninguna otra inspección de los trenes antes de destruirlos, a pesar de que los Tedax de Madrid propusieron trasladarlos a un apeadero del distrito de Vicálvaro donde realizarían, durante semanas, una inspección exhaustiva de los convoyes explotados (2). Pero, para su sorpresa, su petición no fue atendida y los trenes empezaron a ser retirados para su desguace en la misma noche del día 11.

    Informe conjunto sobre las explosiones

    Hubo que esperar un año para que el juez Del Olmo ordenase la realización de una pericial sobre las explosiones en los trenes del 11-M (3). Encomendó su realización a cuatro especialistas Tedax, dos de la Guardia Civil y otros dos del Cuerpo Nacional de Policía. Pero claro, el propio juez sabía que estaba encargando hacer la pericial demasiado tarde, pues los trenes ya no existían desde hacía un año (4), por lo que pidió a los peritos que se basaran en periciales anteriores y en la documentación gráfica disponible.

    ¿Por qué permitió Del Olmo que se destruyeran los trenes antes de realizar esa importantísima pericial? ¿Por qué tardó tanto en ordenar su realización? El resultado de tanto despropósito fue que tan sólo se hicieron directamente sobre los trenes las ya citadas inspecciones oculares técnico policiales, las cuales, como hemos visto, no aportan nada sobre el asunto de la metralla.

    Orden del juez Del Olmo de realizar un informe de las explosiones por parte de expertos de La Guardia Civil y de la Policía.



    En cuanto al asunto que ahora nos ocupa, esto es, la posible existencia de rastros de metralla en elementos tales como los asientos, como ha ocurrido en el autobús de Dortmund, es esclarecedor lo que escriben los propios peritos del citado informe conjunto Policía-Guardia Civil cuando califican de determinante en la investigación de las explosiones el estudio de "asientos, revestimientos interiores, ventanas".

    Página 7 del Informe Pericial Conjunto Policía-Guardia Civil.



    Pero, desgraciadamente, casi todos esos elementos cuyo estudio era tan determinante fueron destruidos y desaparecieron por toneladas en los días inmediatamente posteriores al 11-M. Los peritos tuvieron que sustituir ese determinante material por fotografías tomadas, entre otros, por ferroviarios, municipales y bomberos, y no reflejaron en el acta de la pericial que en esas fotografías se apreciase ninguna traza de la presencia de metralla.

    El tren de Téllez, desprovisto de su mobiliario cercano a los focos, el día 12. Imagen capturada de video emitido por varias televisiones.



    Es decir, en el 11-M, con 11 explosiones producidas en el interior de 4 trenes, no existe ninguna referencia sumarial a la existencia de trazas de metralla en los elementos interiores de los propios trenes.

    Pero entre esas 11 explosiones hubo una muy especial que se produjo en el transcurso de la desactivación de una mochila bomba encontrada sin explotar en el interior del tren de Atocha. Esa mochila estuvo en manos de los especialistas. Ellos la estudiaron, ellos eran expertos en el asunto y ellos la desactivaron y controlaron su explosión, por lo que es seguro que se cuidaron mucho de recuperar la mayor cantidad posible de sus componentes para analizarlos a fondo después de la desactivación. Por lo tanto, los expertos Tedax pudieron investigar, como era su obligación, la posible presencia de metralla entre sus componentes.

    Acta de entrega a los peritos encargados de realizar el informe conjunto Policía - Guardia Civil de fotos tomadas por municipales, ferroviarios y bomberos.



    Para tratar de aclararlo, vamos a acudir a las propias declaraciones judiciales de esos peritos Tedax incluidas en el auto de procesamiento.
    Declaraciones judiciales de los peritos que intervinieron en la desactivación de la mochila bomba encontrada en el tren de Atocha, folios 50 y 52 del auto de procesamiento.


    Declaraciones judiciales de los peritos que intervinieron en la desactivación de la mochila bomba encontrada en el tren de Atocha, folios 50 y 52 del auto de procesamiento.



    Los artefactos no contenían metralla

    Por lo tanto, podemos afirmar que en el atentado del 11-M no hay indicio alguno de la presencia de metralla en los artefactos que explotaron en los trenes, como sí la había, al parecer, en la mochila encontrada en la comisaría de Vallecas, pero que nadie vio en ningún tren. Y en esa mochila, de procedencia tan dudosa y cuyos efectos, de haber explotado en un tren, habrían sido tan distintos de los realmente producidos, se basa toda la sentencia del 11-M.

    Con todos estos antecedentes ¿se puede afirmar tranquilamente, como hace la sentencia, que las bombas de los trenes eran como la de Vallecas y basar en ello toda la sentencia y las correspondientes condenas?

    ¿Se puede dar así por cerrado el asunto y no investigar más?

    *** Carlos Sánchez de Roda es ingeniero y autor del libro 'Los trenes del 11-M' (Última línea, 2015), donde expone cómo la precipitación en el desguace de los vagones provocó grandes lagunas e incluso errores judiciales que podrían haberse evitado.

    1. Entre otros, el diario ABC del 13 de abril.
    2. Así lo declaró ante la juez Coro Cillán el entonces inspector jefe de los Tedax de Madrid, Cáceres Vadillo, el 23 de noviembre de 2011, en la instrucción de la querella presentada contra el entonces jefe de los TEDAX, Sánchez Manzano, por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M.
    3. Providencia del Juez de 16 de marzo de 2005, folio 39.286 del sumario.
    4. Sí existía todavía el tren de Santa Eugenia, que estaba siendo reparado en esas fechas, y que fue entonces visitado precisamente por policías y guardias civiles, pero en la pericial nada se dice de tal circunstancia, y ese tren es tratado como destruido, igual que los otros.
    Última edición por quimper; 12/07/2017 a las 11:03

  2. #2
    Ahora, el autor aborda el asunto de la fallida reconstrucción del atentado, que habría aclarado, posiblemente, el misterio de la metralla.

    En este asunto, hubo una intervención de la Guardia Civil a través de dos peritos que se unieron a la opinión del Comisario Sánchez Manzano: la reconstrucción del atentado no aclararía nada.

    http://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20170519/217348265_12.html

    La reconstrucción del 11-M que nadie quiere hacer

    La tribuna

    La reconstrucción del 11-M que nadie quiere hacer

    El autor aboga por reconstruir lo sucedido el 11-M, como se hace siempre en este tipo de catástrofes, y denuncia la mala investigación del caso: lo raro es que no se haya hecho ya.

    Carlos Sánchez de Roda 20 mayo, 2017 02:39



    El pasado 9 de septiembre, un tren entró a excesiva velocidad en los cambios de vía de la estación de Porriño (Pontevedra), descarrilando y golpeando los muros de un paso superior y los postes de electrificación, a consecuencia de lo cual hubo cuatro víctimas mortales y medio centenar de heridos.
    Seis meses después, el pasado 9 de marzo, cumpliendo las órdenes del juez instructor del caso, se llevó a cabo una reconstrucción de los hechos dirigida por peritos judiciales y técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios. Se reconstruyó lo ocurrido reproduciendo las mismas condiciones que el día del accidente, se repitió paso a paso el recorrido del tren accidentado, se siguió el mismo horario que el día del accidente y la misma secuencia de señales.

    A continuación, los peritos se desplazaron a unas instalaciones de Adif en Redondela, lugar al que había sido trasladado el tren accidentado y en el que se encuentra desde entonces depositado y custodiado. Allí los técnicos realizaron nuevas comprobaciones. Todo ello es completamente normal. A nadie puede extrañarle este modo de proceder, que se repite siempre en casos similares. Se reconstruye lo ocurrido y se investiga el lugar de los hechos.
    Los peritos de Porriño sí pudieron acudir, seis meses después del accidente, a inspeccionar el tren siniestrado
    Sin embargo, algo tan básico, algo tan lógico como es una reconstrucción de lo ocurrido, no se realizó tras el terrible atentado del 11-M, en el que hubo nada menos que 192 víctimas mortales y miles de heridos. Y no se aplicó ese procedimiento tan normal a pesar de las enormes dudas que ensombrecen todo lo relacionado con la naturaleza de las bombas que estallaron en los trenes y con el explosivo empleado.

    Y hay además otro asunto de gran importancia, y es que los peritos de Porriño pudieron acudir, seis meses después del accidente, a inspeccionar el tren en el lugar en el que se conservaba debidamente custodiado. En el 11-M, a pesar de haber pedido expresamente que se conservaran los trenes (1), los peritos se quedaron muy pronto sin ellos, pues todos menos uno desaparecieron en pocos días. Se salvó el que explotó en Santa Eugenia, cuyo misterioso e insólito tratamiento expuse en un artículo anterior.

    El 11-M se cerró judicialmente equiparando las bombas explotadas con las de una mochila aparecida en la comisaría de Vallecas que nadie vio en los trenes, mochila que contenía una metralla que los forenses no encontraron en los cuerpos de las víctimas y de cuyas huellas en los vagones no hay noticia que se haya investigado. Por otra parte, los análisis químicos de las trazas de explosivo realizados en el laboratorio Tedax se cerraron con algo tan poco concreto como “componentes de dinamita”, sin que se acudiera al mejor dotado laboratorio de la Policía Científica para tratar de aclarar algo más esa imprecisa conclusión.
    El juez del 11-M no ordenó reconstruir los hechos: se limitó a plantear a los peritos si lo consideraban necesario
    En esa situación es evidente la importancia que habría tenido hacer algo tan normal como es una reconstrucción de las explosiones, utilizando para ello una mochila de las características de la de Vallecas y comprobando los efectos de su explosión en un tren, pero lamentablemente una prueba tan crucial y clarificadora no se llevó a cabo. Aunque, como veremos a continuación, sí hubo un tímido, aunque fallido, intento de realizarla.

    Más de un año después del atentado, el 16 de marzo de 2005, el juez instructor del 11-M ordenó que cuatro peritos especialistas en explosivos de la Policía y de la Guardia Civil, dos de cada cuerpo, realizaran un informe conjunto sobre las explosiones en los trenes. Dentro de las cuestiones planteadas por el juez a los peritos estaba la siguiente (documento 1): “Si consideran necesario, al objeto de contestar con la adecuada precisión a las anteriores cuestiones, reproducir o simular, utilizando vagones de idénticas características a los que sufrieron los atentados, las explosiones que pudieron realizarse”.

    Es decir, en este caso, a diferencia del de Porriño, el juez no ordena reconstruir los hechos, sino que se limita a consultar a los peritos “si consideran necesario reproducir o simular las explosiones”. Al parecer, el propio Del Olmo no lo consideraba muy necesario, pues no se atrevió a ordenar su realización, y trasladó la decisión a los propios peritos.

    Fragmento de la providencia por la que el juez Del Olmo ordenaba realizar un informe conjunto Policía Guardia - Civil



    Los destinatarios de la consulta hecha por el juez están muy claros: los cuatro peritos que han de designar, por parejas, Policía y Guardia Civil. El asunto le llegó al comisario jefe de los Tedax de la Policía, Sánchez Manzano, quien interpretó de una forma muy curiosa y personal la orden del juez, y en vez de designar a los peritos para que redactaran, con los de la Guardia Civil, el informe pedido por Del Olmo, lo que hizo fue elaborar él mismo su propio informe personal, firmado por él y sólo por él, constituido en perito especialista único, y remitírselo al Juez denominándolo equívocamente "informe elaborado por la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NRBQ" (documento 2). Así pues, Sánchez Manzano elabora y envía al juez un informe que no se le había pedido a él, sino a cuatro peritos.

    Oficio de respuesta a la petición por el juez de un informe pericial conjunto. El Subdirector General Operativo dice adjuntar un “informe elaborado" por el Tedax. En realidad, sólo lleva la firma de Sánchez Manzano.



    Y no era la primera vez que Sánchez Manzano actuaba de esta forma, pues ya el 10 de junio de 2004 había redactado su propio informe personal relativo entonces a la mochila de Vallecas. Y hay que recordar aquí lo que escribe en su libro el propio Manzano en relación con su firma de los informes periciales (2): "Mi firma consta en este documento, como en todos los informes periciales, bajo las abreviaturas del visto bueno. Ese visto bueno, que encabeza la firma del jefe de la dependencia, no implica asumir su contenido, lo que resultaría improcedente, salvo que reuniera las condiciones de perito y hubiera participado en la práctica de la pericia".

    Pero en este caso su firma no va precedida de las abreviaturas del visto bueno. Alguna razón muy poderosa debía tener en este caso el Comisario Jefe para incumplir la orden del juez y constituirse él mismo en único autor del informe, sin el visto bueno de nadie.

    Y creo que queda claro que, con el envío del informe, se da por contestada la petición del juez, pero no se dice nada respecto a que se trate de un informe conjunto con la Guardia Civil, como se le pedía expresamente, sino que se trata de un informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NRBQ. Es como si se tratara de evitar la colaboración con la Guardia Civil, y se intentara contentar al juez con un informe sustitutivo propio que nadie le había pedido.

    En su informe personal, Manzano contesta una por una las cuatro cuestiones planteadas por el juez y, entre ellas, lo relativo a la posible reconstrucción de las explosiones. Y claro, Sánchez Manzano estima que esas reconstrucciones no son necesarias (documento 3), puesto que “no aportarían unos datos objetivos, que permitan contestar con la adecuada precisión a las cuestiones planteadas”, y utiliza como argumento que los efectos de la explosión “dependen de diferentes factores”, como si no pudiesen ser reproducidos factores como los por él invocados: compactación, confinamiento del explosivo, colocación del artefacto e iniciación de la carga, del medio que les rodea, del lugar donde se produce, etcétera. ¿De verdad que esos factores no podían ser reproducidos? Siguiendo tan extraño criterio serían muy pocos los casos reproducibles.

    Fragmento de la respuesta de Sánchez Manzano al requerimiento del juez: La reproducción de lo ocurrido “no aportaría datos objetivos”.



    Lo que sí hizo Sánchez Manzano fue designar a los dos peritos que le pedía el juez, pero no los nombró con la misión que se le solicitaba, que era clara e inequívocamente redactar el informe -misión que ya el propio Manzano había cumplido por su cuenta-, sino que los designó “para ampliar los estudios realizados sobre estos u otros extremos”.

    Pero claro, Del Olmo no se conformó con el informe de Manzano, pues no era eso lo que había pedido, y su respuesta fue convocar a los peritos designados por Manzano y por la Guardia Civil para que fueran ellos, y sólo ellos, quienes redactaran el informe solicitado.

    Tras diversas vicisitudes en la redacción, ocasionadas por haber desaparecido los trenes que había que investigar y por no disponer del suficiente material fotográfico de los mismos -que hubo que suplir con el procedente de Renfe, Bomberos y Ayuntamiento-, los peritos emitieron su informe (documento 4), en el que, como cabía esperar, pues no sería procedente contradecir al comisario, descartan la posibilidad de reproducir las explosiones en los trenes, puesto que “no se pueden reproducir, con exactitud, ni las mismas condiciones que presentaban los artefactos que explosionaron, ni las existentes en el interior de los vagones en el momento de las explosiones. Por lo tanto, como quiera que las reproducciones no serían exactas, tampoco de su resultado se podrían extraer conclusiones válidas que permitan contestar con mayor precisión aún a las preguntas formuladas en la pericia”.

    Fragmento de la página 78 del informe elaborado por los cuatro peritos de Policía y Guardia Civil.



    Y así se dio carpetazo al asunto. Se repiten los argumentos de Sánchez Manzano: las reproducciones no serían exactas. El comisario podía dormir tranquilo, no se revisaría su actuación investigadora del 11-M, como ya advertí en otro artículo.

    En resumen, según la opinión de Sánchez Manzano y de los cuatro peritos que elaboraron el informe conjunto, como no se pueden reproducir las explosiones con exactitud, es mejor no reproducir nada y quedarnos con otras cosas mucho más exactas como el análisis químico que dio como resultado “componentes de dinamita” y “ninguna substancia digna de mención”; exactas como son las muestras de metralla que aparecen, desaparecen y se transforman en los almacenes Tedax; exactas como son las muestras de tierra y de algodones que se recogen, pero que no se sabe si se analizan o no y que, en cualquier caso, desaparecen; exacto como es el cráter fantasma producido en el tren de Santa Eugenia, desconocido para los peritos a pesar de que ése era el único foco de explosión que podían visitar y que seguramente visitaron; exactas como son las toneladas de material de los trenes que desaparecieron por arte de magia; exacta como es la limpieza a fondo a la que se sometió el tren de Atocha en la propia estación antes de sacarlo en la mañana del día 12, y del que desaparecieron toneladas de material con destino desconocido; exacto como es el desguace final de los trenes, realizado ante la policía, sin que al parecer nadie lo ordenara ni lo autorizara; exactos como son los restos del tren de Santa Eugenia, que aún se conservaban en las fechas en las que se redactó el informe conjunto, pero que fueron totalmente ignorados en ese informe; exacta como es la inexistencia de restos de los dispositivos y contenedores de ninguna de las 12 bombas explotadas; exactas como las fotos tomadas por ferroviarios y bomberos; exacto como es, sobre todo, la mochila de Vallecas, supuestamente recogida en El Pozo por concienzudos agentes Tedax que no desconfiaron de sus más de 10 kilos de peso y a cuyo interior ni siquiera echaron un vistazo tras las tres explosiones allí producidas; exacto como es su supuesto y rocambolesco recorrido por todo Madrid; exacto como es su supuesto contenido cargado de metralla que no apareció en los cuerpos de las víctimas y cuyas huellas nadie atestiguó haber visto en los trenes; exacta como es la desaparición de las fotos que se tomaron de su desactivación, y como es el centrarlo todo en esa mochila, que ella sí que es exacta, mucho más exacta que cualquier reproducción de las explosiones. Teniendo esa mochila, tan fiable, ¿para qué investigar más?

    No, no se ha hecho todavía la reconstrucción de lo sucedido el 11-M, pero aún se podría hacer. Bastaría con que se lo propusiera alguna autoridad policial o judicial competente que se enfrentase a las trabas que con toda seguridad le opondrían los principales y más poderosos partidos. Esa reconstrucción aclararía muchas dudas, pero claro, ¿a quién interesa que se aclaren esas dudas? Ahí tenemos a las víctimas, que llevan 13 años reclamando verdad, justicia y dignidad sin que nadie las escuche y atienda.

    (1) Los Tedax de Madrid propusieron trasladar los trenes del 11-M a un apeadero del distrito de Vicálvaro donde tenían previsto buscar durante semanas pruebas y muestras de explosivo con una inspección exhaustiva de los convoyes explosionados. Así lo declaró el 23 de noviembre de 2011 ante la juez Coro Cillán el Inspector Jefe de la Brigada Tedax Provincial de Madrid el 11-M, Cáceres Vadillo.
    (2) Juan Jesús Sánchez Manzano, 'Las bombas del 11-M', 2013. Página 72.
    *** Carlos Sánchez de Roda es ingeniero y autor del libro 'Los trenes del 11-M' (Última línea, 2015), donde expone cómo la precipitación en el desguace de los vagones provocó grandes lagunas e incluso errores judiciales que podrían haberse evitado.





    Última edición por quimper; 12/07/2017 a las 11:11

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