Una cosa hay que tener bien clara.
Si uno está a disgusto, será él o ella quien de mutuo propio con el tiempo decida irse, está claro que este tipo de personas suelen ser tóxicas y es evidente que nadie le va a poner una pistola sobre la cabeza y le va a decir "vete ya", por que el problema principal también radica en aquellos quienes no permitimos la queja o amargura diaria, yo no la aguanto y a más de uno le he dicho, ¿si no estás agusto por qué sigues? Pero también están aquellos que no toleran una crítica momentánea, que ya con nuestro fervor diario y pasión por el trabajo, no consentimos que una persona pase un mal momento que ya directamente queremos decapitar al compañero con nuestra sin razón.
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