SI celebraría el encontrarme con aquellos compañeros de los años 1977, que afloraban compañerismo por doquier, ayudantes de los necesitados, impedidores del mal con sus contactos directos y verdaderos de buenas personas. Hoy por noseque ni se sienten ni se ven, debemos y tenemos que celebrar la vuelta al sentido común y en vez de recaudar y recaudar, molestar y molestar de forma innecesaria, mirar al futuro con optimismo y volver al compañerismo perdido. Los venados deben estar en el monte escondidos.