Es muy triste y desolador ver noticias como esta, que desgraciadamente no es la única. Esas personas que van por la vida como si solo existiesen ellos sin tener en cuenta a los demás, no importa la edad que tengan, pero si son como Ramón, mujeres o niños aún se añade mas dolor e impotencia ante estas circunstancias y prepotencias, que en algunos casos no tienen una aplicación efectiva la Ley para con ellos.

Hablamos de Ley, mas me gusta hablar del respeto que tennos al menos los de nuestra generación e igualmente otras muchas personas hacía los mayores. El orgullo de verlos llenos de alegría a pesar de que su vida ha sido dura, pero nos han sacado "hacía delante" con privaciones. También hablemos de conciencia, ética y de tantos y tantos valores que se van perdiendo o están a punto de perderse.

Lo siento RAMÓN, tienes el nombre de mi tío y me has recordado a él.