¡Volver al espíritu democrático de la República de 1936!
Pues nada, a volver a las checas, a las cárceles del pueblo, a los modélicos juicios populares, a la sangrienta persecución religiosa, al asesinato del Jefe de la oposición, a la incautación de los periódicos disidentes, y todo ello bajo la suprema supervisión de los grandes retratos de Lenin y Stalin presidiendo la Puerta de Alcalá. Todo muy democrático
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