No me gusta entrar en este tema por que probablemente heriré las sensibilidades de algunos usuarios, pero no puede resistir entrar...

Mi aportación va a ser un tanto compleja, pero me gustaría que si alguien quiere hacer alguna valoración lo haga después de haber leído hasta el final y habiendo hecho un análisis sobre lo que explico.

Antes de empezar con mi argumentación quisiera que en los próximos días, si tenéis ocasión, os fijéis en la entrada de los colegios de cualquier ciudad mediana española con cierta industria, que es donde reside la mayor parte de la población española, más del 80% de la misma.

Hacer una valoración de cuantos de esos niños son de procedencia extranjera y cuantos de ellos profesan y profesarán en el futuro una religión distinta a la católica. Igual os lleváis una sorpresa y son más del 50%, pero si no es así, es muy probable que si no en esta, en la siguiente generación, si supere con creces ese 50%.

No voy a entrar en otro debate, que también puede ser interesante, sobre la necesidad de esa inmigración.

A partir de ahora es necesario un "ejercicio mental" sobre la siguiente hipótesis: llegado el momento, no muchos años, todos esos no católicos tendrán edad para votar y probablemente sean una mayoría, es muy probable que voten a una persona de su misma creencia. (igual en Londres esto que cuento ya no es un ejercicio mental)

Siguiendo con el "ejercicio mental", vamos más allá y suponemos que dicha votación se ha hecho a tal nivel que el cargo electo tiene capacidad para resolver sobre partidas presupuestarías y entre otras asigna una para aquellos creyentes que quieran ir a La Meca puedan hacerlo...

A continuación y siguiendo con el ejercicio mental quizás la mayoría obtenida le dé incluso mayoría parlamentaría en el Estado Español y quizás se le ocurra cambiar algunos artículos de la Constitución, por ejemplo eso de que España es un Estado aconfesional y les parece que debe ser confesional de la religión del electo. (igual esto tampoco fue un ejercicio mental en Turquía)

Joder, ¿no os ha entrado un sudor frío? a mi si...

No voy a seguir os dejo el resto del "ejercicio mental" para vosotros...

Pero si que voy a sacar una conclusión, vista la historia de la humanidad algo que es muy común es que los diferentes gobernantes siempre han intentado imponer su religión y si la sociedad moderna no pone barreras para que se separe lo público de lo privado, tarde o temprano el gobernante de turno se verá en la tentación de imponer su religión, cuando es evidente que la religión es un tema de la esfera personal y por tanto privada.

En definitiva mi conclusión es que hay que acostumbrar a las generaciones venideras que la religión y el estado son dos cosas totalmente distintas y que una no tiene que intervenir en la otra.

Un saludo.