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Resultados 1 al 4 de 4
  1. #1
    General de Brigada Avatar de Trevelez
    Fecha de ingreso
    22 sep, 11
    Ubicación
    En una tierra con unos exquisitos jamones.
    Mensajes
    9,759

    La profecía de 1988

    Los amos del mundo, por Arturo Pérez-Reverte.

    Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran **** tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

    No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

    Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

    Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

  2. #2

    Re: La profecía de 1988

    Una vez Pérez Reverte escribió que por decir cosas como esas que luego se cumplen algunos le decían que le deberían dar un homenaje, a lo que siempre contestaba que lo recibiría encantado si ese tipo de predicciones en este país no estuvieran tiradas de hacer de lo fáciles que son.

    Qué decir más, está describiendo exactamente la situación que sufrimos ahora, con la peculiariedad que lo hizo hace 24 años!!! Y puede pasar que este hombre sea muy listo y viera las cosas muy clara ya entonces, o que simplemente ya lo haya vivido alguna otra vez, lo que quiere decir que este sistema es cíclico y los sinvergüenzas cada x tiempo se forran a costa de los tontos paganinis que soportamos sus excesos, y vuelta a empezar.

  3. #3
    Guest

    Re: La profecía de 1988

    Hay poje Trevelez, perdona lo que te voy decir ejejjeje,no te enfades, pero es que yo iba leyendo y leyendo, y no me había parado a leer "los amos del mundo de Pérez Reverte" e iba pensando mientras leía, "carai que bien escribe este Trevélez, no había reparado yo en otros post" jijiji. claro si era el Perez Reverte.
    Pues si en su novela escrita en 1988, describe perfectamente la situación actual, que por culpa de la especulación de unos pocos ahora la pagamos todos, todos los de a pie.
    Cierto, cierto, todo es cíclico, y si no que me lo digan a mi que estudiado la historia.
    Pero este parrafo me recuerda a un correo electrónico que me han enviado muchas veces, que viene a explicar que la economía mundial y no solo la economía, si no la política, la mueven 3 o 4 personajes, multi-multi-multimillonarios, que están por encima de gobiernos, presidentes, organizaciones internacionales, y ellos deciden si se hace un atentado en las Torres Gemelas, si se hace una guerra en Próximo Oriente y que presidente se elige en Estados Unidos, si a ellos les va a interesar.
    ¿Y esas personas son de carne y hueso? ¿Y no piensan en sus semejantes?
    Es difícil de creer.

  4. #4

    Re: La profecía de 1988

    Habría que ser capaces de hacer tres cosas: Primera: Cargarse la especulación en las Bolsas. No podemos permitir que alguien pulse un simple clic en el ratón de un ordenador y pueda ganar millones de euros, porque si gana se aprovecha y beneficia él solito; pero si pierde, lo terminamos pagando todos. Segunda: [b]Hay que consumir productos propios.Con el 84 en los códigos de barras. Si no compramos productos a ls empresas españolas es imposible que logren beneficios. Actualmente cada vez es mayor el consumo de productos de paises donde los costes de producción son mínimos. Tercera: Hay que cargarse los paraisos fiscales. No puede ser que el dinero salga del país con tanta alegría y nadie pregunte por su origen ni procedencia. Poner en práctica estas tres cosas no debe de ser sencillo, habrá dificultades legales y técnicas, pero lo cierto es que si los expertos del G-20 se lo propusieran, seguro que encontraban la forma de hacerlo.

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