Ante tal situación, el sargento le recriminó al guardia civil su actitud pero el condenado se dirigió de nuevo al cabo y le dijo: "Aquí en todo caso quien manda es el sargento", tras lo cual se introdujo en el vehículo oficial e inicio el regreso al centro penitenciario.

Vamos que se coronó.

La culpa del cabo por mensajero.